El próximo mes de diciembre, se cumplirán 7 años desde que Javier Avellaneda vio a su hijo Alejandro por última vez. Al igual que en otros tantos casos de divorcio, al confirmarse la custodia compartida, su exmujer entró en cólera y decidió secuestrar a su hijo. Desde entonces, ha sido condenada tanto por abandono de familia -por no llevar a su hijo a clase para evitar que su padre lo recogiera cuando le correspondía- como por sustracción de menores.
De hecho, por este último delito constan ya dos sentencias firmes del Tribunal Supremo -la última, del pasado mes de septiembre- que la condenan a un total de cuatro años de prisión. Sin embargo, hasta ahora, la Justicia únicamente se ha limitado a retirarle la patria potestad, pero sin que eso se traduzca ni en entregar el niño a su padre ni en ingresar a la madre en prisión, como corresponde.
"Sé que desgraciadamente hay muchos casos de sustracción de menores, pero es que el mío es especialmente grave, porque estamos hablando de un niño que ya no es que esté secuestrado por su madre, es que está secuestrado por una madre que ni siquiera tiene la patria potestad", subraya desesperado Javier.
Su exmujer continúa en libertad
La primera condena se remonta al año 2020: 2 años de prisión y 5 de retirada de la patria potestad. Al contar con antecedentes por abandono de familia, carecía de argumentos para evitar su entrada en la cárcel. Sin embargo, no ha sido hasta el pasado mes de septiembre cuando el Juzgado de lo Penal Número 1 de Palencia ha dictado la ejecución de la sentencia. Y lo que más indigna a Javier es que lo ha hecho sin concretar cómo proceder a su detención, por lo que en estos momentos continúa en libertad.
La ejecutoria dictamina la pérdida inmediata de la patria potestad del menor, pero deja su ingreso en prisión en el aire a la espera de un informe del Ministerio Fiscal del que, a día de hoy, Javier sigue sin tener constancia. "Y ojo, que estamos hablando de un niño. ¿No dicen que protegen el interés superior del menor? Pues aquí no se protege nada, lo único que hacen es alargar el procedimiento", denuncia.
La doble vara de medir
El palentino lamenta, además, la doble vara de medir de jueces y policías. "Cuando un padre y un abuelo se llevan a un niño sin consentimiento de la madre en el Monasterio de Piedra, al día siguiente ya estaban en prisión -recuerda aludiendo al reciente caso denunciado en Zaragoza-. Para que veas la diferencia de trato que hay en este país en función de si el secuestrador es un hombre o una mujer".
A esta desigualdad, Javier añade además la pasividad de la que, según dice, hacen gala jueces y policías de Palencia: "Es vergonzoso, porque no han movido un dedo para solucionar todo esto, cuando en el caso de Juana Rivas, por ejemplo, sin ni siquiera estar ella condenada todavía, el juez de Granada dictó una orden de busca y captura y le advirtió de que, si no entregaba a los niños, la detendría de inmediato, así que fíjate tú qué vergüenza de jueces llevo yo padeciendo 6 años y 10 meses".
¿Y si huye a otro país?
Ahora, su principal temor es que, tras la última sentencia del Supremo, su exmujer decida huir con el niño a otro país, tal y como han hecho otras madres en su situación. "Imagínate que ahora se echa la manta al hombro, coge al niño y se va a Portugal, como la madre de Bastian, a Suiza, a Francia o a Marruecos, que además su última pareja es precisamente marroquí. Lo único que están haciendo es darle tiempo", lamenta.
Con todo, Javier está dispuesto a llegar tan lejos como haga falta, aunque, insiste, siempre con la ley en la mano. Para ello, no dudará en querellarse contra policías e incluso jueces si es necesario. "Al final, te empujan a tomarte la Justicia por tu mano, como han hecho otros padres, pero eso es algo que yo no voy a hacer bajo ningún concepto. Voy a seguir luchando hasta que una de dos, o ellos pierdan el trabajo o yo pierda la vida".