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Alerta en el Congreso: se busca al diputado maníaco que redecora las paredes de los WC con papel higiénico

Desde hace dos semanas, las paredes de mármol travertino de los váteres reservados para sus señorías aparecen cubiertas de papel higiénico.

Desde hace dos semanas, las paredes de mármol travertino de los váteres reservados para sus señorías aparecen cubiertas de papel higiénico.
Váter del Congreso de los Diputados vandalizado con papel higiénico. | LD

Si mucha gente opina ya que la locura se ha apoderado de la política española, a partir de ahora tendrá un motivo adicional. La alerta se ha disparado en el Congreso de los Diputados. Un maníaco anda suelto. Y no por la zona de acceso general o de tránsito de los periodistas, cosa que tampoco habría sido extraña. No: por las zonas exclusivas de los diputados. Se trata de un adicto al papel higiénico que entra en los baños reservados a sus señorías y rellena todos los huecos de las paredes de mármol travertino de los WC con trozos de papel. Pero todos es todos.

La foto que hoy muestra Libertad Digital es descriptiva de la obsesión del buscado diputado. Diputado o, cuando menos, empleado con acceso a esa zona restringida: los baños de la cafetería privada de sus señorías a la que se accede desde las puertas internas del hemiciclo. ¿Puede ser otra persona el obsesivo maníaco del papel higiénico? Pues resultaría difícil, precisamente por la ubicación de las puertas principales, que se encuentran a media altura del graderío en el que se sientan los diputados españoles cuando se celebra el Pleno de la Cámara Baja.

No se trata de un hecho puntual, protagonizado, por ejemplo, por un diputado frustrado tras observar cómo caía su ansiada y pretendida ley. Ya son dos las semanas en las que los pobres empleados de limpieza se están teniendo que dedicar a sacar los cientos de estandartes higiénicos incrustados y pegados con algún tipo de líquido aprovechando los típicos agujeros de uno de los mármoles más caros del mercado. Mármol que, por lo visto, se ha convertido ahora en el mecanismo de pérdida de tiempo y expresión artística de algún diputado aburrido y obsesivo amante de la decoración de interiores.

Los empleados del Congreso siguen con desesperación al elemento amante del papel de WC. Pero lo cierto es que "se limpia un día y al siguiente ya está otra vez igual", apunta una persona conocedora de la enloquecida situación. "Ya no sabemos qué hacer. No entendemos nada. Y tampoco es cuestión de poner vigilancia en las puertas de los baños", aclara la misma fuente.

Y efectivamente no debería ser así. Más bien debería ser cuestión de que el afectado diputado se dedicase más a trabajar, que a pegar cientos de trozos de papel perdiendo el tiempo como si el Congreso de los Diputados fuese su guardería particular.

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