Cada vez que Pedro Sánchez cede ante ERC, los ojos miran a tres ciudades: Toledo, Mérida y Zaragoza. Allí están los tres barones más críticos con Sánchez y en los que algunos ponen las esperanzas de frenar al presidente del Gobierno. Esta vez ha vuelto a suceder. Ambos han expresado su malestar, con matices, pero sin concretar ninguna medida para evitar la derogación del delito de sedición.
El más contundente ha sido el castellano-manchego, Emiliano García Page, que ha asegurado que "este debate no toca". "Primero tiene que venir Puigdemont aquí y luego hablamos", ha añadido en un acto regional. Según Page "no se pueden cambiar las reglas de juego a mitad del partido, por justicia básica" .
Una vez que el expresidente catalán esté en España, y sea juzgado, será el momento de "tipificar futuras intentonas". También ha criticado el argumento de Sánchez para defender la reforma. "No lo comparto el planteamiento esto no significa que o busquemos entre todos la mayor convivencia en Cataluña", ha añadido.
Vara y Lambán, menos críticos
El otrora más crítico el extremeño Guillermo Fernández Vara, ahora en la Ejecutiva Federal del PSOE, ha afirmado "casi nada de lo que le gusta a los independentistas me agrada" . Tras dejar caer su posible malestar, ha aprovechado para cargar contra el principal partido de la oposición. "Tenemos un Código Penal con el que hace 5 años al PP le hicieron dos declaraciones de independencia y los que lo hicieron se fugaron de España y no han vuelto". Vara ha añadido que "alguna cosa hay que cambiar" pero sin aclarar más.
Desde Zaragoza, donde se estaba debatiendo el Presupuesto Autonómico, Javier Lambán ha afirmado que está "en contra de rebajar el delito de sedición". Una estrategia similar a la de Vara. Tras evidenciar su malestar, ha aprovechado para cargar contra el PP. "Cumplan la ley, renueven el CGPJ y no se escondan detrás de estas iniciativas", ha añadido tras reprochar que "no tienen autoridad moral para hablar de sedición, ni de acercamiento de presos".