A una semana de la votación de los Presupuestos en el Congreso, el Gobierno va desvelando algunas de sus cartas y encauzando sus apoyos. El respaldo de Bildu está más cerca tras acordar el traspaso de los nuevos impuestos en materia energética y banca antes de 3 meses desde la entrada en vigor de la ley.
Así, las haciendas Forales del País Vasco y Navarra se encargarán de gestionar la parte que les corresponda de los 3.500 millones que el Gobierno espera recaudar durante los próximos dos años con los nuevos gravámenes que se están tramitando en el Congreso de los Diputados.
Convertirlos en permanentes
La Moncloa también se ha comprometido por escrito ante la formación de Otegi a realizar un informe para estudiar y convertir dichos impuestos "en estructurales y permanentes". Aunque eso será en la próxima legislatura ya que , de momento, se gravarán los beneficios durante este 2022 y el próximo 2023.
En Hacienda ya afirman que los impuestos a la banca y las eléctricas "de momento son para dos años", pero que se pueden "prorrogar". Algunos socialistas, como el portavoz parlamentario, Patxi López, ha expresado su deseo de que estos impuestos se conviertan en "estructurales", algo en lo que coincide con formaciones como ERC o Podemos.
Pese a estos acuerdos, Bildu ha afirmado que el voto de sus cincos diputados no está garantizado, aunque está más cerca. En la formación de Otegi han puesto como objetivos inmediatos que se desbloqueé la ley de vivienda que está atascada en el Congreso.
Camino de otro cuponazo
Esta cesión a las Haciendas Forales se suma a la renovación para el próximo quinquenio del Cupo Vasco. La Comisión Mixta del Concierto Económico ha aprobado este jueves la renovación, y se fija una aportación provisional del País Vasco al Estado del año base en 1.472 millones de euros.
Los acuerdos que ya se han firmado tendrán que ser ratificados por el Congreso y el Senado. La encargada de estampar su firma, por parte del Gobierno, ha sido la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que durante su etapa como consejera andaluza fue muy crítica con el cupo vasco firmado por Rajoy y Urkullu.