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Críticos de Podemos atisban el fin de la aventura: valoran su marcha a Sumar y descartan a Irene Montero como candidata

El núcleo duro de Podemos sigue apostando por ella. Ahora bien, existe un plan A y un plan B por si las cosas se ponen muy feas.

El núcleo duro de Podemos sigue apostando por ella. Ahora bien, existe un plan A y un plan B por si las cosas se ponen muy feas.
Yolanda Díaz e Irene Montero en una imagen de archivo. | Cordon Press

"El problema que tenemos es que hay jueces que están incumpliendo la ley". Y lo hacen por "machismo" y falta de formación en ese aspecto. Esta fue la primera reacción de Irene Montero tras hacerse pública la primera rebaja de penas a causa de su ley, conocida como del sólo sí es sí. De esta manera, en su huida hacia adelante, imputó a los jueces un delito, el de la prevaricación y abrió la veda a una catarata de acusaciones, señalamientos y descalificaciones a los que se sumaría la ministra y secretaria general de Podemos, Ione Belarra; la secretaria de Estado de Igualdad, Ángela Rodríguez Pam; la delegada del Gobierno para la Violencia de Género, la juez Victoria Rosell y el núcleo duro del partido.

Tal fue la virulencia de los ataques que provocó la unidad total de la magistratura: desde los más progresistas [Jueces para la Democracia] hasta las asociaciones más conservadoras [Asociación Profesional de la Magistratura o la Francisco de Vitoria] emitieron comunicados calificando de "inadmisible" lo que estaba sucediendo y, en algunos casos, pidiendo incluso la dimisión de la ministra de Igualdad. También el CGPJ, que avisó al Gobierno de los efectos prácticos que tendría la ley, expresó su "firme repulsa".

Las arremetidas continuaron durante toda la semana mientras se conocía, en paralelo, un goteo incesante de rebajas de penas o excarcelaciones por parte de los tribunales de toda la geografía española para dar cumplimiento a la nueva ley.

Estos ataques continuaron este viernes de la mano del exvicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, o del portavoz parlamentario de Podemos, Pablo Echenique, que comenzaron a hacerlos extensivos con mayor intensidad a la prensa. De hecho, Victoria Rosell pidió a los medios de comunicación que no informen de los recursos que presentan los abogados de los condenados por agresiones sexuales, a los que se refirió como "abogados de violadores". "Dejemos de hacernos eco de que las defensas piden las revisiones. Cuando ellos lo piden, yo no haría noticia porque esto alarma mucho a las mujeres".

Pam, en la picota

Y en medio de toda esta trifulca, que coloca a Irene Montero en el ojo del huracán, emerge Yolanda Díaz. Su silencio atronador sólo fue roto este viernes por unas escuetas declaraciones en las que evitó respaldar a la ministra y se apartó de la escalada de acusaciones contra los jueces. "Es una ley muy importante para las mujeres y la protección de las víctimas de nuestro país", dijo la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo a la vez que pedía "prudencia" para no generar "alarma social". "El Gobierno va a proteger a todas las víctimas y esperemos con tranquilidad a que resuelva el Supremo".

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Esto es lo que dijo en público Díaz tres días después de que se desatara la polémica. En privado, su entorno considera que es un "error mayúsculo" la estrategia de Podemos de arremeter contra los jueces tildándolos de "machistas". Es más, algunos cargos cercanos a la vicepresidenta creen que se debería "depurar responsabilidades por la mala gestión de la crisis" en el equipo de Igualdad y apuntan a la secretaria de Estado, Ángela Rodríguez Pam.

La línea roja la colocan en la salida de prisión de un delincuente sexual mediático, como puede ser alguno de los integrantes de La Manada, cuyo caso precisamente catalizó la ministra e impulsó la ley del sólo sí es sí. "Hundiría a Irene Montero", sentencian en el entorno de Yolanda Díaz.

Poco después de las palabras en público de la vicepresidenta, el líder espiritual y de facto de Podemos salió a sentar doctrina. "La cacería de esta semana confirma 3 cosas: 1) la degradación creciente de buena parte del periodismo, 2) que la derecha judicial es un actor político, 3) que ponerse de perfil cuando machacan a una compañera no solo es miserable y cobarde, sino políticamente estúpido", escribió Pablo Iglesias en Twitter.

Grietas en Podemos

Pero las aguas también están revueltas en Podemos. No es oro todo lo que reluce. El vicepresidente del Gobierno balear y miembro de la formación morada, Juan Pedro Yllanes, ha criticado abiertamente en los últimos días las declaraciones de Irene Montero. Para el juez en excedencia, que en breve pretende volver a la carrera judicial, las palabras de su compañera de partido representan un "exceso verbal". "El calificativo no es el más adecuado", dijo este miércoles. "No es cuestión de jueces machistas, sino de jueces profesionales aplicando la ley". En este sentido, el vicepresidente de Baleares explicó que los jueces "tienen la obligación estricta de aplicar la ley penal más favorable" y, por tanto, están realizando su trabajo.

Llamaron la atención también las palabras escogidas por la portavoz de Podemos en la Asamblea. El jueves, en los pasillos del Parlamento madrileño, Alejandra Jacinto se desmarcó de la línea de acusaciones y se limitó a señalar, tal y como hiciera este viernes Yolanda Díaz, que "vamos a esperar a ver qué dicen la Fiscalía y el Supremo y no vamos a perder el foco de la cuestión más importante que es que España necesitaba una ley para evitar ciertas interpretaciones en casos como La Manada o tantos otros que conocemos". "Puede haber algunos jueces con ese tipo de interpretaciones [machistas], pero estoy convencida de que la mayoría lo van a aplicar con respeto al espíritu de la ley", añadió.

Un día después, el viernes, escribió un tuit que venía a decir prácticamente lo mismo que el día anterior. Lo escribió, dijo, para aclarar su postura porque "hay quien dice que mis declaraciones sobre la ley del sólo sí es sí se alejan de la posición del Ministerio de Igualdad". Así, señaló que "hay que defender el espíritu de la ley y proteger a las víctimas. La mayoría de resoluciones judiciales hacen la misma interpretación que nosotras. Me apena que se utilicen los avances feministas para atacar al Ministerio de Igualdad y a mi compañera Irene Montero". Ni una palabra para descalificar a los jueces ni para afirmar, como la dirección de su partido, que la ley carece del más mínimo error.

"Gestión nefasta": sin "perfil candidatable"

Y es que el núcleo duro de la formación [Iglesias, Echenique, Belarra o Monedero] está con Irene Montero, pero ya empiezan a escucharse voces dentro del propio Podemos que consideran que la gestión ha sido "nefasta" y que con ella termina "el perfil candidatable" de la ministra de Igualdad que la formación trataba de impulsar desde la Universidad de Otoño de los morados, celebrada hace tan sólo unas semanas. La opción favorita para los críticos pasa por irse al Sumar de Yolanda Díaz.

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Además, estas voces solicitan cada vez con más intensidad que se reconozca el error y se modifique la ley para frenar la salida de delincuentes cuanto antes. Y, al igual que el entorno de Yolanda Díaz, consideran que la gestión de Rodríguez Pam ha sido pésima. Pero no van más lejos. De momento, nadie dentro del partido pide la dimisión de la ministra. Ni siquiera los críticos, que no ven probable que ningún miembro de La Manada pueda verse beneficiado por la nueva norma.

No obstante, desde la dirección del partido siguen apostando por Montero como candidata para las próximas elecciones. Ahora bien, no descartan si las cosas van muy mal concurrir de forma conjunta con Sumar, pero siempre manteniendo su marca. Si esto finalmente no fuera posible acabarían presentando a Ione Belarra, actual secretaria general de Podemos. Pero sería su última y, consideran, "catastrófica" opción.

Así las cosas, desde el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que marcó el camino a seguir para ganar algo de tiempo, hasta la propia Irene Montero pasando por Podemos aguantan la respiración esperando el pronunciamiento del Tribunal Supremo, que no será hasta dentro de unas semanas como pronto. Pero nadie es ajeno al desgaste que supondrá, mientras tanto, el goteo incesante de nuevas rebajas de penas.

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