No ha sido una buena semana interna para Pedro Sánchez. En Ferraz y en el Palacio de la Moncloa habían conseguido acallar las críticas internas a la derogación del delito de sedición. También consiguieron sofocar el malestar interno contra Irene Montero, cuando se conocieron las primeras rebajas penitenciarias gracias a la ley del sólo sí es sí. Todo, para preservar la coalición y evitar una ruptura.
Tras aprobar los Presupuestos, Sánchez se embarcaba hacia unas semanas plácidas en la que esperaba arreglar las leyes que estaban atascadas en el Congreso pero, entonces, llegó Javier Lambán con un elogio encendido a Javier Fernández, expresidente asturiano y de la gestora del PSOE que relevó a Pedro Sánchez. "A España y al PSOE le habría ido mejor", afirmó el presidente aragonés sobre la hipotética continuidad de Fernández al frente de Ferraz en 2017
"Están en su estrategia"
No tardó 24 horas en rectificar tras una llamada al orden del secretario de organización, Santos Cerdán, como el propio Lambán dejó caer. "Hablaron el miércoles" (el mismo día de las declaraciones controvertidas), afirman en su entorno donde matizan que ambos "tienen buena relación". Algunos que conocen bien al presidente aragonés reconocen que "pasó algún que otro límite". Mientras que en Ferraz evitan hablar de presiones y se escudan en que Lambán "vio que sus palabras adquirían una dimensión grande y que, además, no era lo que él quería expresar".
En el PSOE asumen que estamos antes los últimos coletazos de Page y Lambán, los dos barones más críticos. El aragonés ya cuenta con 65 años y nadie duda de que las elecciones de mayo serán sus últimos comicios. En 2026 tendrá 69 años. El barón castellano-manchego es más joven, tiene 54, pero una aritmética complicada en mayo. "Él está en su estrategia interna y cada uno en la suya", admitía un líder autonómico que comprende las dificultades a las que se enfrentan en las autonómicas.
Nadie quiere hablar en público todavía de relevo pero se asume que hay dos mujeres muy bien posicionadas para ser dos baronesas en el futuro: la zaragozana Pilar Alegría, ministra de Educación, y la ciudadrealeña Isabel Rodríguez, ministra portavoz.
Y después, llegó Felipe
Cuando la polvareda de Lambán ya había acabado, llegaron las palabras de Felipe González. El expresidente se despachó en una entrevista en Antena 3 contra la reforma del delito de sedición: "Esto no son desórdenes públicos". Tampoco le gusta la "defectuosa" ley Montero: "Cuando uno se equivoca, que tiene derecho incluso a equivocarse, tiene que corregir y no pedir a los demás que corrijan lo que hace mal".
Hasta se sumó a las críticas a Sánchez por decir que va a pasar a la historia: "Nunca creí que había hecho algo histórico, me pareció lo que había que hacer". También ha dejado entrever que no le parece bien la obsesión franquista del actual Gobierno: "Bajar a Franco del caballo cuando estaba vivo tendría algún sentido".
En Ferraz ponen coto a sus palabras: "Felipe tiene su opinión". Otros recuerdan que González ya evidenció en más de alguna ocasión su malestar contra Pedro Sánchez sin que al Gobierno le pasase factura.