Los cambios legislativos que el Gobierno plantea se harán de forma exprés y cambiarán de forma determinante el ordenamiento jurídico español sin contar con los informes preceptivos de los órganos consultivos. Para el exministro de Cultura del Gobierno de España con José Luis Rodríguez Zapatero, César Antonio Molina, es un síntoma de tiranía. Molina es uno de los ex altos cargos socialistas y personalidades del mundo jurídico y académico que han firmado un manifiesto que rechaza la reformar de los delitos de sedición y malversación. De hecho alertan que es un atentado contra la Constitución y el ordenamiento jurídico vigente.
En esNoticia, el exministro apunta que el descontento es gigantesco y está "seguro de que no va a ser la última gota que colme el vaso, porque este Gobierno está en manos de una minoría independentista", alega el escritor, quien además valora como humillante que el presidente Sánchez sea "rehén de Junqueras".
El rechazo a los cambios que impulsa el Gobierno de Sánchez es palpable y más cuando "su intención es avanzar hacia el referéndum y hacia la demolición del Estado tal cual lo conocemos". Según César Antonio Molina, el presidente del Ejecutivo utiliza el pretexto de cambiar estos delitos para homologar los tipos penales con las principales democracias europeas, porque a su juicio "no es un socialista, sino un okupa autoritario".
Preguntado en esNoticia sobre el apoyo que buscan los separatistas de Sánchez, el exalto cargo suscribe que "llevándose por delante la división de poderes, no haciendo las consultas pertinentes a las instituciones y haciendo prácticamente lo que le da la gana por caminos tortuosos", Sánchez está faltando a la democracia. Tal es así que Molina asegura que el hecho de cambiar los delitos favorables a los fugados independentistas para traer una pacificación a Cataluña es toda una mentira. De hecho, culpa a los nacionalistas catalanes, a los cuales compara con hormigas que arañan la estructura del estado, de tener una estrategia y "un GPS totalmente organizado". Molina recuerda como el expresidente catalán Jordi Pujol ya le dijo, cuando estaba en activo, que la independencia sería una realidad aunque tuvieran que esperar, porque ya "lo habían hecho 40 años".
El ex ministro socialista concluye preguntándose con indignación: "¿Por qué de un lugar que nos pertenece a todos los españoles, pueden los independentistas decidir por todos?"