Salvador Illa ha tardado menos de 24 horas en desmentir a su propio Gobierno y esta mañana anuncia desde una entrevista en El Confidencial que habrá una "consulta" en Cataluña.
Por supuesto, esconde la verdad tras una catarata de frases ampulosas pero de escaso significado: "Si fruto del diálogo entre catalanes y sus partidos se llega a un consenso y a un mínimo acuerdo sobre cómo organizar el autogobierno de Cataluña que competa a la comunidad catalana, estoy de acuerdo con esa consulta y me parecería bien", dice, para matizar acto seguido que "en ningún caso" sería "una consulta para una ruptura, para la autodeterminación", si bien no explica qué es lo que se va a consultar más allá de palabras tan vagas como "ratificar un acuerdo al que hayamos podido llegar los partidos políticos catalanes".
Además, también abre la puerta a que esa mal llamada consulta pueda llegar en cualquier momento: "No veo inmediata esta consulta, pero puede ser objeto de discusión".
En la entrevista Illa también justifica las reformas que el PSOE está haciendo en el Código Penal para satisfacer a sus socios, y de nuevo lo hace con una retórica tan cargada como vacía: "Lo que mueve a tomar esta decisión sobre el Código Penal responde a la necesidad de tener una mirada de futuro" dice, para posteriormente añadir que "hay que tener mirada generosa, aunque no ingenua, para superar una etapa que los catalanes queremos dejar a atrás".
Illa también niega la evidencia afirmando que "esta reforma no va dirigida a una persona concreta, ni para que pueda o no presentarse a las elecciones" y trata de tranquilizar a los lectores asegurando que "la unilateralidad seguirá teniendo sanción en el Código Penal y, al margen, está el artículo 155 de la Constitución, que permite cortar de raíz eventuales nuevos intentos secesionistas", asegura pese a que la realidad que vemos cada día lo desmiente.
Preguntado por los efectos que pueden tener estos cambios en el código penal a la hora de posibles revisiones de penas o incluso excarcelaciones –una duda más que pertinente después de lo ocurrido con la ley del sólo sí es sí– Illa tira balones fuera con singular torpeza: "Lo que me preocupa son los efectos que esta reforma tiene sobre la sociedad catalana y española, más allá de a quién beneficia".