Vox ha cumplido su amenaza de votar en contra del dictamen de presupuestos en Comisión, paso previo necesario para que las cuentas públicas sean debatidas en el Pleno de la Asamblea. La decisión sitúa la pelota en el tejado de la Asamblea que deberá decidir ahora si las cuentas públicas pueden ser o no debatidas en Pleno.
La Mesa de la Cámara, con mayoría del PP, se reunirá previsiblemente el próximo lunes para adoptar una decisión que podría también contar con informe de los letrados ante lo insólito de la situación que deja Madrid sin cuentas públicas para el próximo 2023.
La Asamblea ha vivido una jornada frenética hasta conocer el voto final emitido por el grupo de Rocío Monasterio después de que Santiago Abascal ofreciera a la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, un "pacto político" a cambio de su apoyo a los presupuestos. Monasterio aseguraba después, en declaraciones a los medios que su oferta era "lo que lleva ofreciendo ella todos estos días: un pacto, un acuerdo para sacar adelante los presupuestos".
Ayuso defendía, después de conocer las declaraciones del líder de Vox, que "no está dispuesta a cambiar derechos y obligaciones por presupuestos". "Esto es una práctica cada vez más frecuente en la política española y a mí eso me parece una irresponsabilidad", ha dicho teniendo la mano a Vox para incluir en 2023 "mejoras" en los presupuestos, como hizo en una entrevista en Es la Mañana de Federico, de esRadio, pero sin "mezclar cuestiones" que incluyen "sesgos ideológicos" porque "perjudican ahora mismo".
La presidenta de Madrid ha recordado que "llevan dos meses negociando" y que facilitaron a Vox los presupuestos en el mes de septiembre por ser "sus únicos socios" para poder llegar a un acuerdo. Fuentes del PP trasladan que "en esos dos meses han tenido a su disposición a Javier Fernández-Lasquetty, el consejero de Economía, y Vox no ha querido saber nada hasta última hora".
La líder de Vox Madrid reprocha al PP no haberla llamado desde el pasado 30 de noviembre para intentar acercar posturas con ese objetivo y reclama a Ayuso que retire los presupuestos presentados para volver a negociar unos nuevos que puedan incluir sus enmiendas.
El origen del conflicto se remonta al día que Vox registró seis minutos tarde sus enmiendas a los presupuestos para poder ser debatidas, asegurando que lo ocurrido se debía a un "error informático". Algo que negaron los servicios informáticos de la Cámara en un informe que sirvió de base para que la Mesa de la Asamblea rechazara su admisión, como pedían los de Rocío Monasterio.