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Los retos de Vox para 2023: ganar presencia institucional para consolidarse antes de las generales

El partido afronta el nuevo año con "preocupación" por la deriva del Gobierno y "esperanzas" ante un posible vuelco electoral.

El partido afronta el nuevo año con "preocupación" por la deriva del Gobierno y "esperanzas" ante un posible vuelco electoral.
El líder de Vox, Santiago Abascal, acompañado de arios dirigentes de la formación política a su llegada al Tribunal Supremo. | EFE

2023 viene marcado por dos citas electorales que determinarán el futuro de un país gobernado por un presidente que se ha echado en manos de los separatistas y avanza sin freno en el control de las instituciones y la aprobación de leyes ideológicas difíciles de revertir. Vox lo afronta con extrema "preocupación" pero también con la "esperanza" de que se produzca un vuelco electoral que frene las aspiraciones del Gobierno.

Antes de las elecciones municipales y autonómicas, el partido debe superar el reto de presentar la segunda moción de censura contra Pedro Sánchez, según anunció a principios de diciembre Santiago Abascal en respuesta al asalto del Tribunal Constitucional por parte del Gobierno. El principal impedimento para no haberla registrado todavía parece ser la dificultad de encontrar un candidato "neutral", con "experiencia política" y que se comprometa a convocar elecciones inmediatas una vez sea elegido.

El objetivo es evitar que la iniciativa se asocie en exclusiva a Vox para favorecer el apoyo del PP, principal partido de la oposición que arrastraría a otras formaciones como Cs, Foro Asturias, los diputados Sayas y Adanero antes en UPN, y quizá a otras pequeñas que están también descontentas con la deriva de Pedro Sánchez.

La moción como antesala de las elecciones

Aunque la suma no sea suficiente para que la moción prospere, la imagen del Parlamento sería muy distinta a la que arrojó la anterior moción de censura, de la que Pedro Sánchez salió triunfal tras la oposición de apenas los 52 diputados de Vox. De paso, la derecha quedó completamente fragmentada ante la ruptura política y personal de sus principales líderes: Pablo Casado y Santiago Abascal. Para evitar que aquello se repita, Alberto Núñez Feijóo ya ha anunciado, como mínimo, su abstención.

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Santiago Abascal comparece en la sede de Vox para explicar su moción de censura.

La moción de censura será la antesala de las elecciones municipales y autonómicas del mes de mayo, cuya campaña electoral ya ha comenzado, aunque no de manera oficial. El partido de Abascal se juega en esta cita demostrar que el bache andaluz, que derivó en una crisis interna, fue una excepción a su imparable trayectoria electoral. El margen de mejora con respecto a 2019 es muy amplio, lo que favorece ese objetivo.

El partido afronta la cita con relativa calma, conscientes de que tienen mucho por ganar al estar en disposición de estrenarse en instituciones en las que ahora no tienen representación. Más importante aún es el poder que esperan conseguir entrando en gobiernos de la mano del PP. Aunque la gestión de políticas implique desgaste, Vox concluyó hace tiempo que es la única forma de tener realmente influencia para demostrar utilidad.

Objetivo: marcar perfil propio

El precedente de Cs, al que el PP ha terminado dando el abrazo del oso al integrarle en sus gobiernos, sirve de advertencia a Vox que presume de ser un socio "más leal", que ejerce presión para aprobar sus políticas pero de forma "discreta", sin que las posibles discrepancias se aireen ante la opinión pública, como ocurre en Castilla y León.

Ganar presencia institucional es fundamental para que el partido consiga la ansiada estructura territorial que le permitirá consolidarse como partido y ensanchar su base electoral con la vista puesta en las elecciones generales, principal objetivo de Santiago Abascal al tratarse de una formación con un marcado carácter nacional cuyas recetas políticas están pensadas especialmente para ser aplicadas desde la administración central, más que en ayuntamientos o comunidades. De hecho, entre sus medidas está la eliminación del Estado de las Autonomías.

Del resultado que obtengan en mayo dependerán también sus opciones en las elecciones generales. Si el partido logra resarcirse del resultado andaluz, demostrará que sigue gozando de buena salud y es una opción atractiva para el electorado. Si fracasa en ese cometido podría confirmar una tendencia a la baja que perjudicaría sus expectativas electorales.

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Santiago Abascal saluda a sus seguidores en el acto de Viva 22 de Vox.

Aunque el voto en mayo opera diferente al de unas generales, servirá de termómetro para conocer el sentir de los españoles. Es habitual en España que su resultado anticipe lo que ocurrirá después en las generales donde Vox continúa fuerte en los sondeos, a pesar de haber arrancado el curso con previsiones que le daban incluso por debajo de los 40 escaños. Una situación de la que se ha recuperado y que les sitúa como llave de gobierno, a pesar de que Feijóo insista en marcar distancias con ellos asegurando que gobernará en solitario.

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