Miles de regantes del Levante español se han manifestado en Madrid, frente al Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, en defensa del trasvase Tajo-Segura, después de que el Gobierno de Pedro Sánchez decretara un aumento del caudal del río Tajo hasta 2027 que implica disminuir las aportaciones del acueducto para Alicante, Murcia y Almería.
Durante la protesta se han coreado gritos de "Ribera, dimisión" y se ha alertado de que la decisión supone acabar con 15.000 puestos de trabajo directos y otros 100.000 indirectos, provocando de paso la desertización de buena parte del territorio por el abandono de los cultivos ante la escasez de agua. "No queremos desertización y paro", han reivindicado los convocantes de la protesta a la que se han sumado también políticos o empresarios.
El presidente valenciano, el socialista Ximo Puig, no ha acudido a la protesta, a pesar de que esta semana mostró su rechazo ante la decisión adoptada por Pedro Sánchez, que le deja en una situación muy comprometida a tan sólo unos meses de las elecciones de mayo, a diferencia de otro barón socialista, el presidente de Castilla La Mancha, Emiliano García Page, que no oculta su satisfacción.
Sí estaba la consejera de agricultura de la Comunidad Valenciana, Isaura Navarro, de Compromís, que ha señalado a la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, como responsable del problema por no acometer una depuración de aguas suficiente para que pueda ser reutilizada.
PP y Vox, en la protesta
También ha asistido el presidente Murcia del PP, Fernando López Miras, que ha criticado la decisión como "sectaria" y ha alertado del perjuicio que supone para los agricultores y ganaderos de la zona, además del líder de Vox, Santiago Abascal, que ha defendido la necesidad de aprobar un Plan Hidrológico Nacional para evitar disputas entre territorios.
La ministra Ribera dijo en las horas previas a la protesta que "se está haciendo una tergiversación de la realidad en favor de un territorio" y pidió "no volver a una guerra del agua", por el enfrentamiento que ha provocado su decisión entre comunidades que habitualmente se disputan el uso de este bien natural, imprescindible para toda actividad agrícola y ganadera.