El presidente catalán, Pere Aragonés, se ha convertido en el protagonista de la XXVII cumbre hispano-francesa tras abandonar el acto antes de lo exigido por el protocolo. El líder de ERC se ha ido tras saludar a Pedro Sánchez y Emmanuel Macron, evitando quedarse a los honores en los que se ha interpretado el himno francés y el español interpretados por el ejército,
La alcaldesa de Barcena, Ada Colau, sí se ha quedado hasta el inicio de la cumbre en la explanada del MNAC. A solo unos metros de allí, decenas de independentistas han tratado de hacerse oír con gritos, silbidos y petardos pero la amplitud del cordón de seguridad y el helicóptero de la Policía han impedido que el presidente francés lo escuchase.
Desde primera hora de la mañana, el entorno de Pere Aragonés habían asegurado que el presidente catalán iba a hacer un "gesto" durante la cumbre. El desaire a los himnos nacionales ha sentado peor a la delegación francesa, que no está acostumbrada a estos actos.
Moncloa estaba informada
En el Palacio de la Moncloa han restado importancia a este plantón. En el entorno de Pedro Sánchez habían sido informados de la intenciones del presidente catalán y no les ha pillado por sorpresa el desaire a los himnos español y francés. "Cada uno decide hasta dónde quedarse", han afirmado fuentes del Gobierno..
La idea de Aragonés era la de participar en la cumbre pero el Gobierno español le ha reservado el mismo papel que el de cualquier presidente autonómico. Sólo tendría que estar en el protocolo inicial como autoridad anfitriona. Tampoco habrá una reunión del jefe del Ejecutivo con el líder catalán. Sólo ha habido una charla informal entre Sánchez y Aragonés, mientras esperaban a Macron.