El Gobierno zanja la guerra de requerimientos tras el "protocolo fantasma" sobre el aborto de Castilla y León. En un comunicado remitido a los medios, la Moncloa entiende que "no se trasmitido" a los médicos ningún cambio "ni por escrito, ni verbalmente" y que comprende que el ejecutivo autonómico "ha acatado formalmente el requerimiento".
El Gobierno de Pedro Sánchez celebra lo que considera "una rectificación oficial de la intención inicialmente manifestada por el Gobierno" de Alfonso Fernández Mañueco, pese a que éste ya se aseguró el lunes que no había cambios. Sin embargo, el Consejo de Ministros aprobó a las pocas horas otro requerimiento, esta vez de incompetencia, al entender que quedaban lagunas por explicar.
Estirar el chicle
Que se acabe la guerra de requerimientos no supone que finalice la batalla política. Es más, en su comunicado el Gobierno muestra su intención de estirar el chicle, esta vez sin amenazas judiciales, cuando asegura que "reitera su preocupación por los anuncios y declaraciones de los máximos responsables de la Junta de Castilla y León"
El ministro de Presidencia, Félix Bolaños, será el encargado de remitir una nueva carta en la que recordará al Gobierno de Mañueco que estará "vigilante" ante cualquier modificación "resulta contrario a la legalidad vigente y a nuestro orden constitucional". El Ejecutivo promete que "no va a tolerar, ni consentir", vulnerar la legislación vigente en materia de interrupción voluntaria del embarazo.