El fantasma del adelanto electoral y la ruptura definitiva entre PSOE y Unidas Podemos ha sobrevolado siempre la legislatura, aunque la simbiosis creada para mantenerse en el poder ha acabado siempre imponiéndose a todas las dificultades, al menos hasta ahora.
El año electoral en el que nos adentramos obliga a ambos partidos a marcar distancias y los morados no parecen dispuestos a tragar con las medidas adoptadas por su socio de coalición en materia de Defensa, habiéndose producido además sin ni siquiera consultárselo.
La última decisión de Pedro Sánchez de enviar carros de combate Leopardo a Ucrania ha situado en el límite al Gobierno de PSOE y Podemos. En público y en privado, dirigentes morados han criticado esta decisión que, dicen, "no se entiende en la izquierda" por su habitual oposición a la OTAN, la cercanía de sus dirigentes al presidente ruso, Vladimir Putin, o la conocida campaña del "No a la Guerra" que lideraron contra el presidente José María Aznar.
El Ejército de Tierra español ya ultima los detalles para su aportación de acorazados, que conformarán parte de una gran donación para Ucrania, en la que participará un nutrido grupo de países de la OTAN. Decisión que fuentes de Podemos califican como "la gota que puede colmar el vaso".
"Sánchez busca excusas para el adelanto"
"Nosotros estamos muy al límite", lamentan fuentes de la formación morada que dejan claro que sus ministros desconocían por completo esta decisión. "Estas semanas son clave para la continuidad de la coalición", añaden, convencidos de que "Sánchez está buscando una excusa para anticipar elecciones". En el partido morado no ocultan su malestar ante una decisión que les deja completamente al descubierto frente a su electorado, como ya ocurrió con la cuestión del Sáhara.
En público, la ministra de Derechos Sociales y secretaria general de Podemos, Ione Belarra, también ha rechazado de forma rotunda el envío de tanques porque entiende que podría "suponer una escalada del conflicto y conllevar una respuesta imprevisible" por parte de Rusia. "La paz nacerá negociando y desescalando. Es la condición de posibilidad para cerrar la brecha de desigualdad y garantizar los derechos sociales en Europa", ha dicho Belarra, tirando de su habitual ambigüedad al defender la paz pero sin aportar soluciones para acabar con la guerra.
La presidencia de la UE como reclamo
Un motivo de peso para el adelanto podría ser pillar al resto de partidos políticos completamente desprevenidos, ya que todos cuentan con que la legislatura se agote y se convoquen elecciones en diciembre ya que ven difícil que Pedro Sánchez renuncie un solo día a estar en la Moncloa. Ninguna encuesta es favorable a la izquierda por lo que convocar ahora sería asumir un gran riesgo que, a la vista de su trayectoria, sólo el actual presidente es capaz de hacer, siempre que sus cálculos electorales así se lo aconsejen.
En el otro lado de la balanza pesa la jugosa presidencia de turno de la Unión Europea que España ejercerá en el segundo semestre del año. Aunque no supone un cambio significativo en la política interna del país y difícilmente hará desequilibrar la balanza a favor de la izquierda, sí permitirá a Sánchez engordar su agenda internacional con todo tipo de actos para pulir su perfil exterior y buscar, quizá, acomodo fuera si pierde las elecciones.
Se trata de un caramelo difícil de rechazar, salvo que sus gurús interpreten que la difícil situación que afronta el país sumergirá al Gobierno en una lenta agonía que podría dejarles en disposición de obtener aún peores resultados.