Hace 20 años, un 8 de febrero, ETA asesinaba a Joseba Pagazaurtundua Ruiz, sargento de la Policía Local de Andoáin. Con Joseba ETA inaugura el año criminal 2003.
Aguerrido militante del PSE-EE (mantuvo la sede local abierta contra viento y marea), afiliado a UGT y antifranquista.

En 1998, debido a la ferocidad de las amenazas y al acoso de los terroristas y sus terminales nacionalistas fue trasladado a Laguardia (Álava) por su seguridad. Pero en 1999, cuando ETA anuncia una tregua trampa, la consejería de Interior del gobierno vasco le hace volver contra su voluntad a Andoain. La localidad estaba gobernada por los proetarras de Euskal Herritarrok. Como jefe de policía local tiene que trabajar a las órdenes del alcalde de Batasuna. Denuncia Maite Pagaza, su hermana y eurodiputada de Ciudadanos, que "cobraban del erario público de día y de noche eran terroristas o chivatos para sus enemigos políticos"
Joseba era "el miembro más activo" de la iniciativa Basta Ya!, plataforma cívica que nació en 1997. En el 2000 el Parlamento Europeo les concede el Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia, va a recogerlo, y ETA asesina, también en Andoáin, a su amigo José Luis López de Lacalle, periodista y fundador del Foro Ermua. "El alma se me escapa trozo a trozo cuando veo un nuevo asesinato", escribió.
Hasta el fatídico 8 de febrero de 2003 le queman el coche en varias ocasiones, atentan contra su vivienda familiar con cócteles molotov, le aporrearon, su rostro empapela las calles del municipio, cuando pasea le increpan o le hacen el vacío y se multiplican las amenazas de muerte. Es el infierno. "Los chivatos para intentar asesinarnos eran nuestros vecinos", cuenta Maite.
El asesinato
Las pequeñas costumbres hacen la vida. El objetivo de la dictadura es acabar con tu intimidad, que renuncies a ejercer tu libertad para mantener esa normalidad de tomarte un café cada mañana en tu bar. Muchos amenazados dieron cada día este bofetón a los totalitarios, una respuesta cotidiana a una lenta sentencia de muerte.
ETA mató a Joseba de cuatro tiros en el bar Daytona. Estaba de baja laboral y no llevaba escolta. El etarra entró en el local, a cara descubierta, y se tomó un café. Joseba estaba desayunando. Los momentos previos debieron transcurrir a cámara lenta como la materialización de un presentimiento. "Sabíamos que era la víctima número uno", recuerda Maite. Eran casi las diez de la mañana.
Los héroes de los bares que se revelaron contra el aislamiento, contra "la vida perra" en los pueblos nacionalistas (el Keep Calm and Carry on británico contra los nazis ), que se resistieron a que el terror y el odio les marcara la agenda. En otro bar, en La Cepa, fue asesinado en 1995 Gregorio Ordóñez; en el Bar Sasoeta el concejal de Lasarte Froilán Elespe; Juan Priede, otro concejal, en el bar de Orio Gure Txoco; el ex gobernador civil de Guipúzcoa Juan María Jáuregi en el cafetería del frontón Beotibar en Tolosa en el año 2000…
Joseba falleció horas después en el Hospital de San Sebastián. Su mujer, limpiadora del centro, estaba trabajando cuando ingresó. Ese día pasaron por allí políticos como Patxi López, Juan José Ibarretxe o Ángel Aceves. Representantes de un Estado fallido.
Tenía 45 años y era padre de dos hijos, de 9 y 14 años. Hace 20 años las crónicas relataron que sus dieciséis compañeros de la policía local de Andoain "guardaron silencio sepulcral" sobre el asesinato. Una de sus últimas acciones fue buzonear un panfleto para pedir a los vecinos su apoyo a los amenazados. "Ay, Madre, qué miedo tengo", dejó escrito.
"Era noble, bondadoso, muy listo y un gran policía. Una persona que siempre pensaba en los demás", rememora Maite en esta entrevista para Libertad Digital grabada en la sede del Parlamento Europeo con motivo del 20º aniversario de la concesión del Premio Sájarov a la plataforma ciudadana Basta Ya!.
"ETA mató para algo y ahora vivimos en ese algo", decía el otro día en Bruselas el filósofo Fernando Savater y compañero en Basta Ya! de Joseba. Sin el recuerdo de los hechos es imposible leer el presente.
Hasta el 26 de marzo se puede visitar en el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo de Vitoria la exposición "Joxeba Pagaza. Un grito de libertad".