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Financial Times retrata la Barcelona del 'no': el cóctel letal del separatismo y Colau

"Cómo Barcelona perdió el rumbo", titula el diario británico un amplio reportaje en el que destaca el aumento de la delincuencia y la fuga de empresas

"Cómo Barcelona perdió el rumbo", titula el diario británico un amplio reportaje en el que destaca el aumento de la delincuencia y la fuga de empresas
Protesta de la CUP contra Sánchez en Barcelona. | Europa Press

"En Barcelona, uno de los destinos más visitados de Europa, la política ha fomentado una profunda sensación de malestar". Así arranca el reportaje del Financial Times firmado por Barney Jopson, el corresponsal del medio en España y Portugal. Los datos que aparecen en la pieza publicada este jueves ponen de manifiesto el letal efecto de la combinación entre el proceso separatista y la gestión de la alcaldesa de la ciudad, Ada Colau.

El reportaje analiza las causas del galopante deterioro de Barcelona y concluye que dos factores, el separatismo y Colau, han provocado la pérdida de rumbo de la capital catalana. De entrada cifra en 8.200 las empresas que abandonaron la región tras el golpe de Estado independentista y que más de la mitad de dichas empresas se han trasladado a Madrid. "En los tumultuosos días inmediatamente posteriores al referéndum del 1-O de 2017, entre quienes se apresuraron a marchar se encontraban CaixaBank y Banco de Sabadell, dos de los cuatro mayores prestamistas de España; Naturgy, una de las tres 'utilities' más grandes del país; Cellnex, el mayor propietario europeo de torres de telefonía móvil; y Grupo Planeta, una de las editoriales de libros más importantes de Europa", apunta el reportaje.

El medio británico asegura que la fuga de empresas no ha supuesto el traslado de instalaciones y personal, pero acentúa que "las juntas directivas y los centros de poder se han trasladado a otros lugares". Y recoge unas declaraciones de Jordi Casas, jefe de gabinete de Fomento Nacional del Trabajo, en las que sostiene que "más que una pérdida de capacidad económica, ha sido una pérdida de reputación. Ha afectado al prestigio de Cataluña como lugar amistoso para las inversiones; aquí es donde nos ha hecho daño".

"Avenidas llenas de basura"

El reportaje se hace eco también del malestar ciudadano, de las encuestas municipales que subrayan la inseguridad como principal problema, la sensación de inquietud y desánimo generalizado, "los atracos callejeros, las avenidas llenas de basura y los atascos de tráfico", así como "la falta de nuevas infraestructuras y atracciones culturales".

El Financial Times da voz a los empresarios, que subrayan las coincidencias entre el movimiento separatista y Colau: "un mal diagnóstico populista de las causas del descontento económico; una falta de cooperación a través de las divisiones políticas; y una introversión que hace que los líderes le den la espalda al mundo". Uno de esos empresarios es Michael Goldenberg, director general de Value Retail Management, un operador de centros comerciales que vive en Barcelona desde hace 27 años: "Es una ciudad asombrosa y tiene cualidades increíbles y únicas, pero no está alcanzando su potencial. Está muy claro que al quedarse quieto, es retroceder", manifiesta el directivo.

El medio también ha recabado la opinión de Wayne Griffiths, director ejecutivo de SEAT. "Griffiths recuerda el revuelo preolímpico cuando se mudó allí como un británico de 25 años en 1991. 'La ciudad era tan abierta y tan positiva y tan optimista y orgullosa de sí misma', dice". También señala que "pasamos muy malos momentos con Barcelona como marca" y rememora los disturbios más recientes en Cataluña, cuando el encarcelamiento del rapero Pablo Hásel en 2021. Griffiths describe en el "Financial Times" el ataque al edificio de SEAT en el paseo de Gràcia: "la ciudad en llamas, fuera de control... Eso fue obviamente un anuncio horrible"

El periódico británico también habla con Salvador Illa y con Pere Aragonès y destaca el acuerdo para aprobar los presupuestos autonómicos, el primer pacto entre "independentistas y anti independentistas en más de una década", lo que según Griffiths significa que "las cosas están comenzando a moverse en la dirección correcta".

Competencia con Madrid

Pero acto seguido, el corresponsal Barney Jopson recurre a los datos económicos para explicar que "sin embargo, las cifras totales de inversión extranjera dicen lo contrario". Y añade: "Aunque Cataluña ha atraído entre 6.000 y 9.000 millones de euros de capital externo en cada uno de los últimos años, estas cifras se han reducido considerablemente con respecto a los más de 16.000 millones de euros en 2016, según datos del Ministerio de Industria. La región de Madrid, por el contrario, registró un récord de inversión de 98.000 millones de euros en 2018".

También acentúa que las empresas que se marcharon por el golpe de Estado separatista no tienen previsto regresar a Cataluña y explica que "en los días de pánico de 2017, los clientes sacaron dinero de los bancos catalanes y las empresas huyeron por temor a que una declaración unilateral de independencia los dejara en tierra de nadie: fuera de la UE, aislados del Banco Central Europeo, sin saber qué moneda o leyes eran válidos".

El reportaje también recoge la opinión de Ada Colau, que se jacta de haber "domesticado al capitalismo enloquecido". "Ya no estamos en una ciudad que solo apuesta por la especulación inmobiliaria, llena de coches y contaminación, con el turismo descontrolado, hemos restablecido el orden y apostamos a la diversificación económica. Nos equivocaríamos si vendiéramos la ciudad al primer inversor que venga enseñando la chequera. Tenemos nuestro orgullo... Por eso decimos 'sí' a algunas inversiones y 'no' a otras".

El reportaje concluye sobre la capital catalana que "la llaman la 'Barcelona del no': no a la ampliación del aeropuerto; no a un hotel Four Seasons; y no, antes de la guerra de Ucrania, a una delegación del museo del Hermitage".

Colau también es una mala noticia en Israel

Colau también ha sido noticia este jueves en Israel. Los medios israelíes censuran su anuncio de romper las relaciones el país y el hermanamiento con la ciudad de Tel Aviv. Además, muestran su estupor porque no hace ni un año que el Ayuntamiento de Barcelona activó dos campañas turísticas llamadas "Shalom Barcelona" y "Barcelona connects Israel". La interpretación generalizada de la prensa israelí es que Colau, inmersa en campaña electoral, busca el voto musulmán.

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