El Congreso ha aprobado de forma definitiva la Ley Trans (191 votos favorables) y la Ley del Aborto (185 frente a 154)impulsadas por Irene Montero, después de que el Senado devolviera el texto para debatir la inclusión de varias enmiendas. Cuando el Gobierno de coalición todavía no ha solucionado el fiasco de la Ley del sólo sí es sí, el Parlamento ha sacado adelante ambas normas bajo el prisma ideológico de Unidas Podemos, en medio del temor a sus nefastas consecuencias.
A pesar de las críticas de asociaciones feministas, de socialistas como la exministra Carmen Calvo y tras dimitir la ministra de Escocia, Nicola Sturgeon, por una ley similar a la española, el Congreso ha dado el visto bueno a la Ley Trans ante una ministra de Igualdad pletórica que ha intentado resarcirse del desgaste que sufre por la excarcelación de violadores y pederastas.
Irene Montero arrancaba su discurso emocionada ante personas trans como Carla Antonelli que seguían el debate desde la tribuna de invitados, para después arremeter contra la derecha por oponerse a su ley, calificando de "bulos" las advertencias referidas al aumento de casos en menores o las posibles denuncias contra el Estado de personas arrepentidas que se han sometido a operaciones irreversibles.
"Hemos enfrentado conjuntamente un debate social que no tendría que haber sido así que ha estado cargado de bulos, transforbia y lgtbifobia", decía sin tapujos Montero, al tiempo que pedía "perdón" por no "haber podido evitar que esos discursos de odio se abriesen paso", en referencia a PP y, sobre todo Vox, que a través de su diputada, María Ruiz, acusaba al Gobierno de pretender "convertir deseos en derechos".
La portavoz del PP, María José Moro, recordaba las consecuencias del sólo sí es sí para advertir de que podemos encontrarnos ante una situación similar en el futuro, con menores como víctimas de la norma, que de nuevo no tendría marcha atrás. Algo en lo que incidía también el diputado Carlos García Adanero, antes en UPN, al preguntarse "quién se responsabilizará esta vez" de lo que pueda ocurrir, señalando a Pedro Sánchez por descargar toda la culpa del sí es sí en Irene Montero.
Desde el PSOE, Raquel Pedraja, se alineaba con Montero para asegurar que "hoy España es un país mejor, más justo, más igualitario y más respetuoso con su diversidad", aunque evitaba nombrar a la ministra de Igualdad, promotora de la ley, en pleno choque entre ambos partidos para reformar el sí es sí.
El aborto con Feijóo como protagonista
El debate sobre la Ley Trans era el colofón a una sesión de importante carga ideológica que acogía también el debate sobre la Ley del Aborto con Alberto Núñez Feijóo como protagonista, tras respaldar la sentencia del TC sobre la norma de plazos, al tiempo que defiende que el "aborto no es un derecho fundamental" pero sí "un derecho de la mujer". Una postura que ha enojado a todos los grupos de la Cámara, de derecha a izquierda, convirtiéndole en objetivo de las críticas.
La ministra Igualdad, Irene Montero, ya desde el pasillo del Congreso, arremetía contra el líder de la oposición afirmando que la interrupción del embarazo "es un derecho aunque al señor Feijóo no se lo parezca".
Desde el PSOE, Laura Berja, también monopolizaba su discurso con críticas a Borja Sémper y a Alberto Núñez Feijóo y afirmaba que "lo único bueno de que el aborto sea un derecho es que no depende del PP sino de una mayoría política que lo hizo ley".
Desde el otro espectro, la diputada de Vox, Lourdes Méndez Monasterio, tildaba de "traición" el respaldo del PP a la ley de plazos y afirmaba que las últimas declaraciones de Feijóo eran "esperpénticas" por respaldar al TC tras declarar "conforme a la Constitución el derecho a matar un ser humano". La portavoz de Abascal también criticaba el "sadismo" de sancionar "con pena de cárcel a quien mate una rata mientras se puede matar libremente a un niño en el vientre de una madre", en referencia a la Ley Animal aprobada esta semana.
Unas alusiones que ignoraba la portavoz de los populares, Marta González, que se centraba en criticar que la nueva ley permita abortar a las niñas de 16 años sin permiso paterno y la inseguridad jurídica de las normas de Igualdad. "Señora Montero, quizá haya reflexionar sobre la dimisión ayer de la primera ministra de Escocia por el fracaso de su ley trans,", añadía, obviando la cascada de reproches lanzadas por todos los grupos.