El alcance de la trama del Tito Berni —que, según el mediador, salpicaría a "15 o 16 diputados socialistas"— contrasta con el silencio atronador del mismísimo presidente del Gobierno y líder del PSOE, Pedro Sánchez, pero también de la ministra de Igualdad, Irene Montero, las dos patas de una coalición que, teóricamente, aboga por abolir la prostitución.
Lo que también ha sorprendido a muchos, a tenor de los sórdidos detalles que hemos ido conociendo en los últimos días, es que las principales asociaciones feministas no se hayan pronunciado al respecto. Sin embargo, en declaraciones a Libertad Digital, la Confluencia Movimiento Feminista no duda un ápice en reclamar la dimisión de Sánchez y Montero, contra la que arremeten muy particularmente habida cuenta de la dejación de funciones que estaría mostrando con este asunto.
"El silencio del Ministerio de Igualdad ante el escándalo de la trama prostitucional que salpica al PSOE es otro escándalo en sí mismo", denuncian sin miramientos. No obstante, tienen claro que la razón de esta "vergüenza" es el "pacto de no agresión entre PSOE y Unidas Podemos para mantenerse en el poder a cualquier precio" y, más concretamente, el peaje que la formación morada tiene que pagar por haberles permitido sacar adelante sus leyes ideológicas más radicales. "Es la contrapartida de las chapuzas criminales contra las víctimas de violencia sexual del la Ley del sólo sí es sí y del retroceso en derechos de las mujeres y la desprotección de la infancia de la Ley Trans", sentencian.
El PSOE y la prostitución
El conchaveo es tan evidente, que la Confluencia Movimiento Feminista cree que tanto Sánchez como Montero deberían dimitir. "Que condenen todos estos hechos y que dimitan, no sin antes aprobar lo que prometieron: una ley abolicionista de la prostitución", insisten. Sin embargo, son conscientes de que "no lo harán, porque el negocio proxeneta es la gallina de los huevos de oro a costa de despojar de su humanidad a mujeres y niñas pobres de todo el mundo, convertidas en esclavas sexuales".
En este sentido, las feministas no olvidan que, a pesar de promover una ley que, teóricamente, pretende acabar con la prostitución, éste no es el primer escándalo en el que el PSOE se ve envuelto: de las orgías de Luis Roldán, a las andanzas de Fernando Villén, el exdirector de la Fundación Fondo Andaluz de Formación y Empleo (Faffe), que se pulía en prostitutas el dinero destinado a los parados andaluces.
"Si el PSOE fuera abolicionista, ya habría tenido muchas legislaturas para promover una ley abolicionista y no lo ha hecho. Estamos hartas de que nos tomen el pelo y a estas alturas ni la condena es aceptable. Están tan manchados de explotación prostitucional como los demás", denuncian.
La trama del ‘Tito Berni’
El caso Mediador salió a la luz pública hace unas semanas y ya amenaza con convertirse en el gran escándalo de la era Sánchez. No en vano, hay quien, como Isabel Díaz Ayuso, está convencido de que el Tito Berni "va a hacer caer a este Gobierno". Según el sumario, el exdiputado canario Juan Bernardo Fuentes Curbelo lideraba una trama corrupta que se encargaba de pedir un "peaje económico" de 5.000 euros a empresarios que querían obtener ventajas en contratación pública y subvenciones, y evitar inspecciones a sus negocios.
Se reunía con ellos en el Congreso de los Diputados y en la sede de la Guardia Civil en Madrid para aparentar "seriedad" y acababa comiendo con ellos en restaurantes de la capital y organizando "grandes fiestas" en clubes de alterne y hoteles en pleno estado de alarma. El gasto medio oscilaba entre 3.000 y 3.500 euros que corrían a cuenta de los empresarios que querían entrar en la trama.
El mediador, Antonio Navarro Tacoronte, ha revelado que en dichas reuniones había "15 o 16" diputados más, todos del PSOE: según ha explicado, las fiestas tenían lugar "de martes a jueves o hasta viernes por la mañana, porque a lo mejor a algún diputado lo mordían y teníamos que estar un día más en Madrid para que cierto diputado fuera con su miembro viril no mordido a su casa".
El sumario da buena cuenta, además, de las expresiones denigrantes con las que el exdiputado del PSOE —un partido que, sobre el papel, aboga por abolir la prostitución— y el resto de implicados se referían a las mujeres a las que contrataban: del "pásame el catálogo", al "chocho volador", el mote con el que el general de la Guardia Civil Francisco Espinosa Navas se refería a su amante, a la que instaba a contratar a los empresarios que querían entrar en la trama.
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