El escándalo de las fiestas con prostitutas, cocaína y viagra que organizaba Tito Berni, y a las que supuestamente también acudieron varios diputados socialistas, es el mayor sabotaje que podría sufrir el PSOE en su intención de sacar adelante la proposición de ley para abolir el sexo de pago. La trama Mediador se ha convertido en el gran símbolo de la hipocresía de un partido cuyo líder, Pedro Sánchez, afirmó en 2021 su deseo de "construir una sociedad donde los cuerpos de las mujeres y niñas no sean objetos de consumo".
Todo se remonta precisamente a octubre de 2021, concretamente al discurso de Sánchez durante la clausura del 40 Congreso Federal del PSOE. Ahí se comprometió a impulsar la ley que prohibirá la prostitución en España, con sanciones a los clientes incluidas. El afán abolicionista les llevó a intentar colar la tercería locativa (con penas de hasta 3 años de cárcel para los dueños de prostíbulos) en la ley del solo sí es sí de Irene Montero. No funcionó. El resto de los grupos lo rechazó, en parte por su posición con respecto a la prostitución y en parte porque la ley de Montero abarcaba un tema completamente diferente.
Dos días después de que los socialistas retirasen sus enmiendas para desbloquear la ley del sólo sí es sí, presentaron su propio texto con una modificación del Código Penal para que "castigue de forma general el proxenetismo, sin exigir relación de explotación", tercería locativa que persigue a quienes cedan bienes inmuebles o local para favorecer el ejercicio de la prostitución y multas a los clientes. Curiosamente, lo presentaron no como Gobierno, sino como partido.
La encargada de defender la proposición de ley fue la entonces vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra: "El PSOE aspira a prohibir todas las formas de proxenetismo, a dar un paso histórico en el camino de igualdad y libertad." Y el 7 de junio del año pasado, el PSOE consiguió sacar adelante su propuesta de ley con los votos a favor del PP, de parte de Podemos y, por supuesto, también del propio Fuentes Curbelo y los diputados socialistas que frecuentaban los servicios de las trabajadoras sexuales.
Estancados en la Comisión de Justicia
Desde entonces, la norma se debate en la Comisión de Igualdad, que solo tiene pendiente una reunión para debatir las enmiendas parciales y votar la ley. Pero también se debate en la Comisión de Justicia, puesto que el texto del PSOE supone la modificación de dos artículos del Código Penal. Y aquí es donde se estanca el proyecto, porque por el momento no se ha comunicado la convocatoria de una reunión para el debate.
Desde la Plataforma #StopAbolicion lamentan que sea ahora cuando se abran dudas sobre la criminalización del trabajo sexual (falsa abolición). El proyecto de ley "ha recaído discretamente a los representantes de igualdad de los partidos porque era una cuestión que consideraban que no tendría mayor influencia en los votos y ahora, cuando saltan los escándalos y ven que les puede afectar en las elecciones, empiezan a debatir realmente en su seno. Las leyes no se hacen así. Primero se debate, se escucha a los afectados y luego se toma una postura", han señalado en declaraciones a Libertad Digital.
Para los socialistas, esto debía ser un trámite fácil y sencillo, en parte por el apoyo inicial del PP. Pero tras el escándalo de las fiestas sexuales de Tito Berni, la aprobación de la proposición de ley amenaza con convertirse en un calvario para la formación que lidera Pedro Sánchez.
A pesar de ello, el PSOE ha garantizado "radicalmente" este martes que seguirán reclamando la abolición de la prostitución. Durante la rueda de prensa posterior a la Junta de Portavoces del Congreso, a Patxi López le preguntaron si tras el caso Mediador su formación seguirá defendiendo la abolición de la prostitución, a lo que respondió: "Sí, radicalmente".