Cataluña, cuya administración autonómica se jacta de tener la mejor escuela del mundo, es la región europea con más abandono escolar, con un porcentaje de 16,9%, tres puntos por encima de la media española y más de siete en relación a la media europea, del 9,7% según datos de 2021. El año pasado más de 97.000 jóvenes catalanes de entre 18 y 24 años no tenían titulación académica o sólo el certificado de la ESO y no estaban estudiando, según datos que ha hecho públicos la Fundació Bofill, una entidad cuyo propósito es, en sus propias palabras, "crear nuevas propuestas, conocimiento riguroso y consensos para mejor la calidad y la equidad del sistema educativo catalán".
Estos datos contrastan con la retórica de la Generalidad en los últimos años, cuyos responsables de Enseñanza han asegurado por sistema que la "escola catalana" es un "modelo de éxito" gracias entre otros factores a la inmersión lingüística obligatoria. El actual consejero de Educación, el republicano Josep Gonzàlez Cambray, siempre se ha manifestado muy orgulloso del sistema escolar en la región y define el modelo de escuela como "verde, feminista, social y en catalán".
Ni los casos de bullying, como el sufrido por las gemelas Alana, que se suicidó el pasado 21 de febrero, y Leila, que sigue hospitalizada en estado grave, ni las denuncias de los cientos de padres que se han atrevido a cuestionar las prácticas lingüísticas de las escuelas, han arredrado a la Generalidad por lo que no es previsible una reacción ante los datos dados a conocer por la Fundació Bofill, que periódicamente alerta sobre los déficits de la educación en Cataluña o los malos resultados del alumnado catalán en conjunto sobre asignaturas como las matemáticas y el inglés.
Esta entidad ha destacado que en las dos últimas décadas se ha logrado reducir el abandono escolar tanto en el conjunto de España como en Cataluña. A principios de siglo, el abandono escolar en Cataluña llegó casi al 35% y en todo el país superaba el 30%. En Europa, el porcentaje medio era del 17%. En la actualidad, la media europea no alcanza el 10%.
Reducción insuficiente
El informe de la fundación destaca que "después de décadas de reducción considerable de las cifras de abandono escolar prematuro, los últimos datos publicados (en la Encuesta de Población Activa de enero de 2023) muestran un estancamiento de este descenso. Se calcula que sólo en el año 2022 más de 97.000 jóvenes dejaron el sistema educativo sin haber llegado a finalizar estudios postobligatorios".
El estudio alerta también de que si no se impulsan actuaciones concretas, "el abandono no bajará y corremos el riesgo de que vuelva a aumentar a causa de una mejora en la economía y el mercado de trabajo".
El análisis de la fundación incide en que la tasa de abandono escolar prematuro se doble en el caso de los alumnos de origen inmigrante o de familias con un bajo nivel de estudios. También apunta que los jóvenes sin estudios o solo con la ESO sufren el doble de paro (14,4%) frente a los que han seguido en el sistema educativo (8,6%). También tienen cuatro veces más posibilidades de llevar a cabo un trabajo manual no cualificado, 29,9% frente al 6,2% de quienes no han abandonado los estudios. Cobran menos, gozan de menor salud, uno de cada tres tienen problemas para pagar la vivienda y se calcula también que el abandono escolar puede suponer un coste de hasta el 1,1% del PIB a causa del menor desarrollo económico y el aumento de la pobreza y la exclusión social.
"Abandono Cero"
La Fundació Bofill ha emprendido una campaña titulada "Abandono Cero" en la que insta a la consejería de Educación, los ayuntamientos y la comunidad educativa a adoptar medidas para reducir el alarmante porcentaje. Entre las propuestas, se insta a "identificar y hacer un seguimiento del alumnado con mayor riesgo de abandono, la ampliación de la cobertura de ayudas y becas, más y mejores recursos de orientación, apoyo y mentoría y la ampliación de la oferta de educación postobligatoria".