El año electoral que afrontamos marcará en gran medida todas las decisiones que adopten los partidos políticos. En paralelo a la batalla que se libra entre izquierda y derecha, ambos espectros viven su propia lucha interna para imponerse ante el electorado. PP y Vox se esfuerzan por acentuar sus diferencias, convencidos de que marcar perfil propio les permite abarcar a un mayor número de votantes.
Bajo esta premisa, el partido de Santiago Abascal ha decidido ir al choque directo con los de Alberto Núñez Feijóo en cuestiones ideológicas como la Ley Trans, denunciando su incoherencia por criticarla a nivel nacional mientras la mantienen en comunidades como Madrid o Andalucía.
Después de que Rocío Monasterio activara su propuesta para forzar a Isabel Díaz Ayuso a derogarla en Madrid, Vox ha pisado el acelerador para presionar en el mismo sentido a Juanma Moreno en Andalucía. Aunque el PP goza en esta última comunidad de mayoría absoluta y los de Abascal apenas tienen margen de influencia, no renuncian a señalar como oposición lo que consideran una incongruencia. Por ello, según ha anunciado la portavoz adjunta en el Congreso, Inés Cañizares, preguntarán al presidente andaluz por esta cuestión.
Cerco a Juanma Moreno en Andalucía
Fuentes del partido precisan que el portavoz de Vox en Andalucía, Manuel Gavira, interpelará a Juanma Moreno por las consecuencias de este tipo de leyes, especialmente en menores de edad, y cuándo tiene intenciones de derogarla. Una batalla que emprendieron ya en la pasada legislatura, cuando el PP gobernaba con Cs gracias al apoyo de Vox.
En el acuerdo de legislatura firmado por las tres formaciones exigían acabar con estas normas pero nunca lograron que el gobierno las tumbara. Ahora, sin opciones de poder exigir cambios, esperan al menos situar frente al espejo a Juanma Moreno, con el que aspiran a negociar tras las municipales ante la previsión de que puedan ser llave de gobierno en diferentes ayuntamientos andaluces.
Aunque ambos partidos tendrán que sentarse a hablar, la precampaña está provocando un importante distanciamiento, estratégico o no, que parece alejar cada vez más la alternativa a la izquierda. Unas diferencias que deberán esforzarse en limar si pretenden ganar cotas de poder o mantenerlo en diferentes ciudades de España, a la vista de las escasas mayorías absolutas que arrojarán las urnas.
Las estrategias de partido
Sin embargo, Alberto Núñez Feijóo interpreta que todo pacto con Vox puede lastrar sus aspiraciones a nivel nacional, al ahuyentar al electorado al que se dirige con su estrategia de moderación. De ahí que los populares insistan en airear que no pactarán con los de Abascal e intentarán forzarles a apoyar gobiernos desde fuera, colocándoles en la tesitura de tener que elegir si prefieren que gobierne la izquierda.
Esta táctica que ya se demostró fallida en Castilla y León y que llevó al PP a ceder en el último momento a todas la pretensiones de Vox, transmitiendo una imagen de debilidad en lugar de unidad de acción con sus socio de gobierno.