Vox no logra hacerse con las riendas de su propia moción de censura cuando apenas faltan unos días para que se debata en el Congreso. La ansiada visibilidad mediática que pretendían utilizar como trampolín electoral se les ha acabado volviendo en contra ante la imposibilidad de manejar a un candidato, Ramón Tamames, que no deja de meterles en apuros con sus declaraciones en la prensa.
La formación empieza a hacer contención de daños y ya calcula las consecuencias de un posible desastre, conscientes de que la estrategia levanta muchas suspicacias entre su propio electorado. Las elecciones de mayo pueden pasarles factura, lastrando sus aspiraciones de convertirse en llave de gobierno en las generales.
En el partido tienen cada día más dificultades para disimular que la iniciativa no está logrando, como mínimo, el efecto deseado. Fuentes de Vox intentan transmitir tranquilidad y aseguran que van a obtener un buen resultado en las autonómicas y municipales "a pesar de la imagen" proyectada con la moción de censura, que atribuyen a la prensa y el ruido generado en torno a este asunto.
Contención de daños
Una publicidad que recibieron en un principio con los brazos abiertos pero que, pasado el tiempo, no les está aportando ningún beneficio, hasta el punto de que Vox emitió ayer un vídeo en su canal de youtube para intentar defender la iniciativa en mitad del chaparrón. En él explican los motivos por los que consideran que hay que apoyar su propuesta y recuerdan las actuaciones que han llevado a cabo contra Pedro Sánchez.
Este jueves, el partido intentará transmitir imagen de unidad en la comparecencia conjunta de Santiago Abascal y Ramón Tamames en el Congreso de los Diputados, que se produce apenas horas después de que se haya filtrado el discurso del candidato durante el debate. Ambos darán una rueda de prensa a las 11.00 después del revuelo generado por la distancia ideológica que les separa. Un choque que podría acabar enturbiando también sus intervenciones, ante lo impredecible de las respuestas que pueda dar el economista, precisamente en presencia del líder de Vox, su impulsor como candidato a la presidencia del Gobierno.
En el partido han pasado de defender el perfil independiente de Tamames como su principal valor para atraer a otros grupos, a rebatir algunas de sus opiniones en público, como ocurrió el pasado lunes cuando Jorge Buxadé dijo que "nunca" cenaría con Pedro Sánchez o negó un uso "excesivo" de la bandera española por parte de Vox.
Al día siguiente, Espinosa optó por atacar a los medios pero, a la vista de que Tamames ha seguido hablando en la prensa, salió ayer a responderle después de que declarara tener "cierta estima" a Pedro Sánchez, al que precisamente deben censurar el próximo martes. "No compartimos esa estima", dijo visiblemente molesto al ser preguntado de nuevo por las salidas de tono del candidato.
El objetivo de la moción, diluido
Vox buscaba con la moción de censura reivindicarse como verdadera oposición al Gobierno frente a un PP disparado en las encuestas, al que ninguno de los tropiezos de Alberto Núñez Feijóo parece pasarle factura. Los de Abascal no ocultan su frustración ante la inacción del que podría ser su socio de gobierno, al que acusan de esperar sólo a "heredar" el poder mientras les ningunea.
La polvareda levantada por Ramón Tamames a diario les está impidiendo colocar su mensaje. En lugar de hablar de la actuación del partido a lo largo de la legislatura, todo el foco se centra en las declaraciones del economista sobre Pedro Sánchez, lo que opina de Vox o sus diferencias en temas capitales para el partido. Una situación que podría acabar estallando la próxima semana con Vox como principal damnificado.