Vox respira aliviado por el desarrollo de una moción de censura que se preveía catastrófica para el partido, pero que ha servido para resituarles en el mapa, después de meses muy duros en los que han afrontado numerosas críticas por su propuesta. En la formación se muestran convencidos de haber logrado un doble objetivo: la ansiada "visibilidad" que buscaban antes de las elecciones de mayo y la "movilización" del electorado más "desencantado con la política".
El partido de Santiago Abascal está especialmente satisfecho con la intervención de Ramón Tamames, su candidato a la presidencia en esta iniciativa, por su "agilidad" en las respuestas a Pedro Sánchez, al que han visto completamente fuera de lugar, sin ser capaz de responder a ninguna de las acusaciones que le ha lanzado el líder de Vox.
Después de meses de desgaste por el choque ideológico que Tamames mantiene con Vox, aireado por el propio candidato en los medios, los de Abascal ven colmadas sus expectativas con el desarrollo de una sesión en la que han podido sacar pecho de la intervención del economista, elogiando especialmente la ironía con la que se ha dirigido al presidente, al que ha dejado "descolocado", aseguran.
"Sensaciones óptimas"
Algunos miembros de la formación hablan incluso de sensaciones "óptimas" y no esconden su alegría por lo que interpretan como un revulsivo electoral, al verse beneficiados por el clima previo al debate que hacia prever una situación muy comprometida para Vox, rebajando las expectativas hasta el punto de poder presentarse ahora como el partido capaz de "asumir riesgos" que ha "acertado" con su "osadía".
Presentar a un candidato independiente era uno de los mayores retos de la propuesta, como ha quedado demostrado los últimos meses en los que Vox ha sido objeto incluso de mofas, alentadas también por capítulos esperpénticos como el de la filtración del discurso de Tamames a unas horas de comparecer con Abascal.
Una intervención que, para mantener la expectación, optó por modificar ligeramente y recortar sobre la marcha para no extenderse. Pericia que ha sido muy elogiada por el partido, que valora su gran capacidad de improvisación.
En Vox defienden que la moción ha permitido recordar de forma pormenorizada los escándalos protagonizados por el Gobierno toda la legislatura y "agitar" a los votantes desconectados de la actividad parlamentaria, frente a la perspectiva a la que se veían abocados con un Pedro Sánchez presente en todos los medios presumiendo de supuestos logros, gracias a la potente propaganda gubernamental y la maquinaria electoral del PSOE.
Para evidenciar que en ningún momento su intención era presentar la moción contra el PP, la formación destaca especialmente la mano tendida de Santiago Abascal a Alberto Núñez Feijóo para "votar juntos" y "aliarse mañana" contra Sánchez, sin hacer demasiado hincapié en su crítica a los populares. En Vox esperan que el PP les pague hoy con la misma moneda y no salga a confrontar de forma muy dura con ellos.
Concluida la primera jornada del debate, y a falta de comprobar cómo se desarrolla la intervención de la portavoz parlamentaria del PP, Cuca Gamarra, los de Abascal se muestran convencidos de haber podido colocar su mensaje sin distorsiones, rompiendo de paso la estrategia del Ejecutivo de intentar marcar distancias con sus socios para recuperar votantes.