Fin al culebrón Borràs. La presidenta de Junts per Catalunya (JxCat) ya no tiene escaño, ha dejado de ser la presidenta del Parlamento catalán. Laura Borràs se ha resistido como gato panza arriba a abandonar el cargo y ha tratado de forzar un acto de desobediencia de la cámara catalana que los partidos han descartado de plano. La mesa, el órgano de gobierno, ha convocado un pleno para el próximo viernes 9 de junio para designar nueva presidenta de la cámara. Se pone punto final así a un contencioso que ha contaminado la política catalana durante los últimos meses.
Laura Borràs fue condenada por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña por fraccionar contratos para beneficiar a un amigo cuando presidía la Institución de las Letras Catalanas (ILC) entre 2013 y 2017. Una intervención telefónica por un caso de tráfico de drogas dio pie a una investigación que emprendieron los Mossos d'Esquadra. Uno de los investigados presumía de lograr contratos a través de Laura Borràs. La sentencia condena a Borràs a cuatro años y medio de prisión y trece de inhabilitación por prevaricación y falsedad documental.
La defensa de Borràs se aferraba a que la sentencia no es firme y ha sido recurrida ante el Tribunal Supremo para exigir que se respetara el escaño y la condición de presidenta de la cámara. A ese mismo criterio se acogió la mesa para pedir al Tribunal Supremo que no se retirara a Borràs hasta que la sentencia fuera firme. Finalmente, la mesa ha acatado la orden del Tribunal Supremo y el criterio de la Junta Electoral.
Tras el descalabro en las elecciones municipales de ERC, que ha quedado por detrás de JxCat tras perder más de trescientos mil votos, la formación republicana ha ofrecido a los de Puigdemont la presidencia de la cámara. Hasta el pasado domingo, ERC no había aclarado si facilitaría que la sustituta de Borràs fuera de su mismo partido. La derrota ha modificado los criterios y las líneas estratégicas del partido de Oriol Junqueras.