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Sánchez comunica a su equipo el esquizofrénico plan de campaña: unir a ERC y Bildu para salvar la democracia

Las primeras consignas dictan que todo es fascismo y franquismo y Sánchez es el espíritu libertador de una nación "de progreso".

Las primeras consignas dictan que todo es fascismo y franquismo y Sánchez es el espíritu libertador de una nación "de progreso".
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante una reunión con los diputados y senadores socialistas. | Europa Press

Pedro Sánchez ha trasladado las primeras consignas de campaña. Y lo que prepara es más una batalla campal que una campaña electoral. Todos son fascistas menos aquellos que apoyen a Sánchez. Vox fascista, el PP fascista, lo que quede de Cs fascista y si Coalición Canaria se uniese al PP, fascista. Todo es fascismo y franquismo. Y Sánchez es el espíritu libertador de todos los que crean en una nación "de progreso". Porque Sánchez es, según ese plan, el espíritu de la democracia frente a la dictadura de todo el resto. Realmente, incluso sin España y con muchas naciones, porque el llamamiento se dirige a los votantes y partidos netamente separatistas y abiertamente declarados contrarios a la Constitución, pero eso es lo de menos en un discurso enloquecido. Y, por supuesto, sin pensar en la democracia porque entre los aludidos se encuentran quienes ya han demostrado no tener ningún problema en desafiar a la democracia —como Bildu o ERC—.

Fuentes del PSOE reconocen que el mensaje que han empezado a recibir resulta hasta "esquizofrénico". Y que la derrota en las urnas es más que segura si en la derecha no cometen graves errores.

Pedro Sánchez quiere reeditar en el fondo un "Frente Popular vendiendo que él no se une a Bildu y ERC sino Bildu y ERC a él por la necesidad de frenar un fascismo que avanza", explican las mismas fuentes. Y desde el propio PSOE no faltan quienes en privado reconocen que "es imposible vender ese mensaje". "Nos han visto ceder ante Bildu y negociar todo con ellos y ERC", añade otra fuente. "Y ahora vamos a explicar que no aceptamos el separatismo mientras negociamos una coalición con los separatistas".

Posibilidades de éxito "muy reducidas"

Sea como sea, esas son las cartas con las que se va a jugar esta partida. Desde el PP son conocedores de esta estrategia y señalan que "las posibilidades de éxito de Sánchez son muy reducidas. Ya se ha visto lo que ha ocurrido en comunidades como Castilla y León donde gobernamos con Vox. ¿Dónde está el fascismo?", añaden.

Las bases de la campaña de Sánchez, para colmo, se mezclan con la negociación de los ayuntamientos en el País Vasco y Navarra, donde Bildu ha exigido ya el mando en Pamplona, Vitoria y la Diputación de Guipúzcoa. Y, para colmo, por ejemplo en Pamplona, el PSOE debe respaldar a Bildu porque, en caso de no hacerlo, la lista que se llevará la Alcaldía será la de UPN, justo la línea roja que le ha puesto Arnaldo Otegi a Sánchez: que no llegue a gobernar nadie de la derecha. Es más, allí Geroa (PNV) ya ha oficializado que apoya al candidato a la Alcaldía de Bildu, con lo que, por el momento y si no hay cambios en las posturas, tampoco se puede dar un apoyo a la inversa y con acuerdo bajo manda de Bildu al PSOE, porque, al menos por ahora, Geroa no lo aceptaría. Y, en caso de aceptarlo, Geroa, que es la marca del PNV en Navarra exigiría al PSOE-PSE la entrega del ayuntamiento de Vitoria, todo un desafío a Bildu porque en la capital vasca los proetarras, con un concejal más que el PNV, son la lista más votada.

Todo un jeroglífico cargado de incongruencias y locuras que Pedro Sánchez pretende, precisamente tapar bajo un manto de sentimentalismo supuestamente antifascista y netamente instrumental e interesado.

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