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Caos en Cataluña: Puigdemont se carga a Giró y el gafe de Trias

ERC y JxCat negocian el poder local condicionados por la urgencia electoral y una desconfianza absoluta.

ERC y JxCat negocian el poder local condicionados por la urgencia electoral y una desconfianza absoluta.
El presidente, Pere Aragonès, saluda a Xavier Trias. | EFE/ Enric Fontcuberta

Las elecciones municipales en Cataluña han dejado tras su paso un panorama entre convulso y desolador. El titular principal es Xavier Trias, el exalcalde de Barcelona por Convergencia que se ha impuesto en las elecciones en la capital catalana por un estrecho margen a Ada Colau y Jaume Collboni o al revés, porque cinco días después de los comicios todavía se discute si la alcaldesa en funciones ha sido tercera o segunda. También estaba en el aire este viernes por la tarde un tercer edil para Vox en Barcelona. Trias ya ha entablado contacto con ERC, el gran derrotado de estas elecciones pero que a su vez tiene las llaves del gobierno de la ciudad.

En teoría, el viento sopla a favor de Trias porque se da por descontado que ERC ha salido escaldada de sus pactos con el PSOE y con 300.000 votos menos en estas municipales. Tanto Oriol Junqueras como el presidente de la Generalidad, Pere Aragonès, se han pronunciado a favor de facilitar que Trias, el cabeza de lista más votado, sea el próximo alcalde de Barcelona. Sin embargo, hay negociaciones a todas las bandas. El PSC tantea a ERC y al PP a fin de hacer alcalde a Collboni. El candidato del PP, Daniel Sirera, apunta dos líneas rojas, el independentismo y Colau. Trias asegura que las negociaciones con ERC van por buen camino, que "no creo que estén por un tripartito". El exalcalde tiene fama de gafe y ese tipo de declaraciones inquietan en su partido. No sería la primera vez que Trias da por seguro lo que finalmente no acaba ocurriendo.

La victoria de Trias en Barcelona es la noticia positiva para el separatismo. A partir de ahí todo es más de lo mismo, decadencia, crisis, puñaladas, envidias y ajustes de cuentas sobre los "hechos de octubre", según su jerga, de 2017. Laura Borràs ha perdido definitivamente la presidencia del parlamento catalán. ERC ha ejecutado la sentencia política de la presidenta de JxCat mientras el presidente de la Generalidad tiende a la mano JxCat. La contraprestación de ERC es que votarán a favor de un nuevo presidente o presidenta de la cámara de JxCat.

La división es el signo del momento en JxCat. Tras la victoria de Trias, Jaume Giró, el exdirectivo bancario que ejerció de consejero de Economía en el efímero gobierno autonómico de coalición entre ERC y JxCat, se había ofrecido para ir de número 1 en las generales del 23-J. Giró, del sector de la pela, iba en la línea de Trias, disimular las siglas, ofrecer un perfil conservador, serio, pragmático, la vuelta a la vieja Convergencia del Pujol de las esencias. Puigdemont lo ha fulminado desde Waterloo. Sin miramientos. El gran valedor de Giró en JxCat, Jordi Sànchez, acaba de trincar un cargo en la oficina de la defensora del pueblo de Cataluña, donde ya había ocupado plaza. En consecuencia, se ha dado de baja del partido donde ejerció como secretario general durante poco tiempo.

Giró quería ser Roca o Duran

Puigdemont avaló a Míriam Nogueras nada más convocar Sánchez las generales. Ese detalle no arredró a Giró, que anunció su candidatura en diversos medios nacionalistas. Este mismo viernes ha arrojado la toalla. Dice que Puigdemont y el secretario general de JxCat, el indultado Jordi Turull, le han hecho saber que "no es el mejor momento para convocar primarias". Adiós al sueño de Giró de ser el nuevo Miquel Roca de la carrera de San Jerónimo o el último Duran Lleida del Palace.

Y en medio de tantas vicisitudes, uno de los fundadores de la banda terrorista Terra Lliure, Freddy Bentanachs, ha logrado plaza de concejal en el pueblo ilerdense de Sanahúja (Sanaüja en catalán) presentándose en las listas de JxCat. El tal Bentanachs, que estuvo unos pocos años en prisión, es conocido por su apoyo a Puigdemont, Laura Borràs y Quim Torra. También es conocida su fobia contra Junqueras, al que amenaza de la misma manera que a los políticos no independentistas de Cataluña. Sanahúja es una localidad de menos de quinientos habitantes donde JxCat ha obtenido seis concejales y ERC uno.

Tanto ERC como JxCat aparentan dar pasos en pos de la reconciliación. Dan por amortizado a Pedro Sánchez y asumen que el próximo Gobierno estará formado por el PP y Vox. Ante ese hipotético contexto, tratan de reconstruir puentes para plantear una reposición del proceso independentista de la década pasada.

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