Bildu ha exigido a Pedro Sánchez la entrega del Ayuntamiento de Pamplona -donde es segunda fuerza-, del de Vitoria -donde es primera- y de la Diputación de Guipúzcoa -donde también lidera el voto-. Los proetarras se lo han exigido y el PSOE ha reaccionado, como era de esperar, intentando eludir lo que Arnaldo Otegi no ha dudado en calificar de "pacto". Bildu ha dio a más: ha amenazado a los socialistas con duras consecuencias si incumplen ese pacto y ha anticipado ya a Sánchez que se negará a darle la gobernabilidad de Navarra al PSOE, donde, de nuevo, la socialista María Chivite no ha tenido el mayor número de votos, pero depende de los proetarras para mantener la Presidencia foral. Ahora Otegi da un paso más y alerta a sus bases de un pacto de Sánchez con PNV para eludir la entrega de los ayuntamientos pactados. Y la advertencia de duras consecuencias vuelve a surgir de las bocas de Bildu, de las mismas que recuerdan que llevan cuatro años pactando ya todo con el PSOE.
El PSOE busca salidas a un problema de imagen electoral que se tiene que decidir el 17 de junio en el caso del Ayuntamiento de Pamplona, es decir, antes de las elecciones generales del 23 de julio donde se juega todo Pedro Sánchez. Por ahora la salida diseñada por los socialistas para intentar que no se note el pacto entre proetarras y el PSOE es un tapado cercano a Bildu. Una persona de un partido -Zurekin- que ha asumido antiguos cargos de EA -uno de los fundadores de Bildu- pero con los que podrían disimular su alianza con Otegi en el Ayuntamiento y que cuenta con un único concejal.
Pero Bildu no acepta, por el momento, medias tintas y ha alertado a sus bases de que se prepara un pacto entre el PNV y el PSOE-PSE para repartirse instituciones de forma que los socialistas puedan eludir el pago a Bildu del apoyo prometido por Sánchez. Lo cierto es que el secretario general del PSE, Eneko Andueza, ha admitido estar "hablando y avanzando el acuerdo marco", aunque ha reconocido igualmente que aún "quedan flecos que atar".
Otegi, por su parte, ha ampliado la explicación y ha asegurado que en el pacto estaría hasta el propio PP, un mensaje que ha aludido a una petición del PP al PNV para que le deje gobernar en dos localidades.
Lo cierto es que Bildu eleva la presión de esta negociación de este modo, ante la evidencia de que el PSOE no sabe cómo librarse ahora de los mismos proetarras a los que les ha dado todo durante más de cuatro años. Bildu, así, reclama ahora el apoyo del PSOE para quedarse con los Ayuntamientos de Vitoria y Pamplona y la Diputación de Guipúzcoa. PNV —con su marca navarra, Geroa— apoya a Bildu en Pamplona, pero busca echarlos de Vitoria, donde también es decisivo el voto del PSOE. Y, eso sí es cierto, se ha metido en el juego el PP para confirmar lo que ya anunció en campaña: que haría todo lo posible para que Bildu no llegue a ninguna plaza. Pero, claro, en ese ‘todo lo posible’ va incluido el apoyo al PNV en muchos de los municipios. Y el PP quiere que esa actitud sea reconocida con dos ayuntamientos donde PNV tiene que decidir si se los da al PP o a Bildu: Laguardia y Labastida.