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Unos trackings con unas muestras pequeñas le hicieron creer al PSOE que podían salvar los muebles

Los socialistas empiezan a comprender las razones de su debacle y miran a las encuestas internas con recelo.

Los socialistas empiezan a comprender las razones de su debacle y miran a las encuestas internas con recelo.
Ferraz tras la debacle electoral | EFE

Sin apenas tiempo para reflexionar, el PSOE se ha visto inmerso en otra campaña electoral. Los cuadros y secretarios generales autonómicos y provinciales se afanan en elaborar las listas al Congreso que tienen que estar aprobadas entre el 7 y el 8 de junio en las Comisiones Ejecutivas Provinciales y el día 10 en el Comité Federal del PSOE en Ferraz.

Los alcaldables del PSOE tratan de explicar las causas del naufragio de la izquierda. Ya no hay dudas, ha habido un "tsunami nacional". Es la expresión que utilizan varios cuando se les pregunta por las causas. "El ruido de la coalición nos ha machacado", añaden otros y ponen como ejemplo la ley del sólo sí es sí o las listas de Bildu como mayores detonantes.

También lo achacan a la división a su izquierda donde se perdieron las principales plazas. En Valencia, Podemos se desfondó por debajo del 3% y no entró en el Ayuntamiento. En Sevilla, Adelante Andalucía sacó casi 12.000 papeletas pero no sirvieron a la izquierda. En Zaragoza, sólo entró Zaragoza en Común. En el límite se quedaron la Chunta y Podemos, cada uno con casi un 5%.

Los trackings erróneos

La debacle era inimaginable para el PSOE. Incluso cuando se conocieron las primeras proyecciones tras el cierre de los colegios, la sensación era de conmoción. Ningún sondeo interno lo preveía. Los socialistas estaban convencidos de que salvarían los muebles en la mayoría de las comunidades.

En la Comunidad Valenciana, el sábado desayunaron con unas encuestas que les daban 4 puntos por encima de lo que obtuvieron. En Baleares, la distancia era aún mayor. Incluso en el único sitio donde ganaron por mayoría absoluta, Castilla-La Mancha, creían que tendrían 3 puntos más. Al final, lograron salvar el Gobierno autonómico por apenas 1.000 votos.

Algunos más expertos en demoscopia interna lo explican. Se trataba de trackings autonómicos con una muestra pequeña, de 800 personas, a las que se le reponían cada día 200 o 300 muestras. De ahí, que el margen de error se disparase a entre 5 y 6 puntos. Más o menos lo que sucedió al final. Esta diferencia era aún mayor en las distribuciones provinciales donde la muestra apenas llegaban al centenar de personas.

Las federaciones explican que contrataron los trackings con distintas empresas demoscópicas. Las miradas se ponen ahora en la Secretaría de Organización y en la de Acción Electoral. ¿Por qué el PSOE decidió contratar unos trackings con muestras tan pequeñas? Eso es ahora lo que muchos se preguntan y una de las causas del shock del domingo electoral. Creyeron ganar, pero era sólo un espejismo hasta que se abrieron las urnas.

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