El dirigente separatista Pere Aragonès ha exhibido este martes la lista de la compra de la Generalidad catalana de cara a la investidura de Pedro Sánchez. Se trata de la autodeterminación, la amnistía y un amplio paquete de demandas sobre el déficit fiscal, las infraestructuras y los servicios públicos. El presidente autonómico catalán desdeña el fuerte retroceso de los partidos independentistas en las pasadas elecciones y parte de la base de que "Cataluña ha frenado un Gobierno de derecha y extrema derecha". Esa lectura es sobre la que asienta las exigencias de máximos del independentismo.
Según Aragonès, los partidos independentistas deben aprovechar la oportunidad "para seguir abordando la resolución del conflicto político entre Cataluña y España" y ha exigido a Pedro Sánchez que tome la iniciativa. En la pasada legislatura "nosotros hemos movido a Sánchez y ahora Sánchez se debe mover", ha advertido Aragonès, que además ha puesto dos ejemplos sobre ese "movimiento" sanchista: pasó de decir que las penas se debían cumplir en su integridad a conceder los indultos y de decir que el procés era un conflicto entre catalanes a reconocer que hay un conflicto político de Cataluña con España.
Aragonés ha insistido en que "aquellos que quieran la investidura se deberán mover, por tanto, Pedro Sánchez se tendrá que mover como le hemos hecho moverse estos cuatro años y cumplir con los compromisos establecidos, acabar con el déficit fiscal, en infraestructuras y en servicios públicos, acabar con la represión y permitir a Cataluña decidir el futuro del país. Sin miedo a la derecha y a la extrema derecha. Exigimos valentía".
Sin concreciones ni detalles
Sin embargo, no ha querido concretar si ya habido contactos con el PSOE, si él ha hablado con Puigdemont para restaurar el frente separatista, si fruto de ese intento de unidad Junts per Catalunya (JxCat) regresará al gobierno catalán. Tampoco ha querido dar su opinión respecto a la quita de la deuda autonómica y la renovación del sistema de financiación que ha planteado la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Lo único que ha quedado claro en ese último ámbito es que la Generalidad se niega a participar en una negociación con el resto de las comunidades autónomas: "Lo que no haremos será ir a negociar de la mano de Díaz Ayuso o García Page".
Para Aragonès, los resultados del 23-J representan una "oportunidad" para el independentismo y ha instado a Junts a aprovechar la tesitura "en defensa del país y aglutinando responsabilidades, porque todos los votos para frenar a la derecha y a la extrema derecha son imprescindibles". Todo ello para lograr que Sánchez "cumpla con Cataluña".
Tanto en su intervención como en la rueda de preguntas, Aragonès ha recalcado que los votos de ERC para la investidura dependen de que Sánchez aborde la cuestión del referéndum "para que los ciudadanos de Cataluña puedan decidir su futuro". No obstante, ha eludido hablar de plazos para esa consulta. Tampoco ha concretado nada más sobre la petición de amnistía.
Defensa de la escuela en catalán
En otro orden y tras presumir de la gestión de su ejecutivo –que gobierna en minoría, con tan sólo 33 escaños sobre un total 135–, ha insistido en que "debemos seguir trabajando en la defensa de la escuela en catalán", de la que dicho que "es una obsesión de la extrema derecha, la judicial, la mediática y la política". Aragonès ha añadido que "los ataques contra la escuela catalana" habrían propiciado una "reacción de la sociedad para dar un nuevo impulso a la lengua en su uso social".