
La presentación del libro de Guerra, La rosa y las espinas, ha resultado ser espinoso para el partido de la rosa. Más que puños hubo puñetazos dialécticos por parte del exvicepresidente, Alfonso Guerra, y del que fuera presidente del Gobierno entre 1982 y 1996, Felipe González. Unas declaraciones que no gustaron en el seno del partido.
"Espero que tenga más éxito con su libro que con las arengas que está alimentando", afirmaba el secretario de organización Santos Cerdán. Lo que menos ha gustado en el PSOE es la acusación de "desleal" y "disidente" que el sevillano profirió a Sánchez por sus continuos cambios de opinión. "Desleales son los que no respetan las mayorías del partido, ¿no?", añadía Cerdán recordando las primarias de 2016.
En el PSOE no se han olvidado del silencio de Guerra y González durante la última campaña electoral. Un silencio sepulcral en el que ambos rechazaron participar en mítines o actos. En Ferraz temían que pudiese tener algún tipo de impacto entre el electorado, algo que al final no sucedió. "Estábamos esperando escucharles en campaña. Me alegro que ahora hayan recuperado la voz", ironiza una alta fuente del partido.
Los "purgados", en defensa de Sánchez
Unas críticas a las que se han sumado algunos socialistas que siguen en el grupo parlamentario aunque ya no tengan una papel tan importante como en el pasado. A José Luis Ábalos, ex secretario de organización y exministro, le preocupaban "las formas" por la falta "de lealtad que uno debe tener". El valenciano asegura que las frases de Guerra "las celebra toda la derecha".
La que fuera vicesecretaria general, Adriana Lastra, afirmaba que respeta a los "padres fundadores" pero que "no está de acuerdo con ellos". La exvicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, también cargó contra Guerra pero por sus declaraciones en Antena 3 sobre la vicepresidenta Yolanda Díaz, de la que dijo que va "de una peluquería a otra".
"Lo que pienso de lo que ha dicho Alfonso Guerra sobre una mujer en política es absolutamente detestable. Que se nos juzgue por el pelo en vez de por las neuronas. Alfonso Guerra se lo tiene que mirar", zanjó la actual diputada.