
El Juzgado de Primera Instancia Nº 6 de Las Palmas de Gran Canaria acaba de admitir a trámite una demanda contra la escritora Lucía Etxebarria por referirse como "hombre" a Marcos Ventura Armas, quien, a pesar de su sexo biológico y de no haberse sometido a ninguna operación ni cambio de nombre, se autodefine como "joven trans no binaria". La demandante, una conocida activista LGTBI de Canarias vinculada al PSOE, le reclama así una indemnización de 11.000 euros, al considerar que la ganadora del Premio Planeta habría vulnerado su derecho al honor, a la intimidad, a la propia imagen, a la dignidad y a la igualdad de trato y no discriminación.
"Macarena Olona, Lidia Falcón, Paula Fraga y Lucía Etxebarria están de acuerdo en que estas cuatro personas, nacidas con pene y testículos, son HOMBRES. También estamos de acuerdo en que no se nos debe multar por decir que lo son. Y en casi nada más. Si también ves cuatro hombres, ¡haz Rt!", escribió Etxebarria en su cuenta de Twitter -ahora X- en uno de los múltiples mensajes que se citan en la extensa demanda de casi 100 páginas a la que ha tenido acceso Libertad Digital.

El juzgado da ahora a Etxebarria un plazo de 20 días hábiles -a contar desde este miércoles- para personarse en Canarias, y subraya que debe hacerlo "por medio de procurador con la asistencia de abogado", lo que, según las fuentes consultadas por LD, ya supone un desembolso inicial de al menos 3.000 euros. De no hacerlo, el juez le recuerda que "se la declarará en rebeldía procesal" y no se le volverá a notificar nada hasta que se llegue a una resolución que ponga fin al proceso.
"Efectivamente, he recibido esta demanda. La noticia es real", confirma la propia escritora, que alega que escribió los tuits en el ejercicio de su libertad de expresión "sobre una persona que ha encadenado cargos públicos y que es activista" LGTBI. "La libertad de expresión me permite opinar sobre dicha causa. Confío en el sistema judicial y pongo el tema en sus manos", se ha limitado a añadir.
Marcos Ventura -que actualmente trabaja para el Gobierno de Canarias y ha sido secretaria general del Ayuntamiento de La Guancha y secretaria para Iberoamérica de Juventudes Socialistas de España- no solo le reclama 11.000 euros en concepto de indemnización, sino que también pide que se la condene en costas y que se le obligue a borrar todos los mensajes, en los que también la acusa de cobrar subvenciones públicas a través de la asociación Gamá, de la que es secretaria, y de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Trans, Bisexuales e Intersexuales (conocida como FELGTBI).
El origen de la polémica
La polémica se remonta al 2 de julio de 2020, cuando, en el marco del debate sobre la Ley Trans, Etxebarria publicó un tuit en contra de la llamada autodeterminación de género. "Yo sí creo que las mujeres transexuales existan. No creo que Marcos y Álex, que se autodesignan como mujeres, lo sean. Autodesignarte mujer no te convierte en mujer", escribió entonces.
"Yo no soporto que me nombren en masculino, no es un pronombre que sienta como propio, y están invisibilizando mi realidad y tratándome como un hombre CIS al usarlo", reaccionó inmediatamente Ventura. En un comunicado difundido en sus redes sociales, la activista aseguró además que lo sucedido le recordaba los espacios en los que aún no ‘salía del armario’ y fingía ser un hombre: "Es terrible que tenga miedo de hablar de mi realidad y mi experiencia en Twitter y me pregunte en qué muro terf (feminista radical trans excluyente) van a burlarse de mi vivencia y mi sufrimiento".
Ante tal publicación, la propia Etxebarria la invitó a debatir públicamente sobre el tema y le preguntó a qué espacios se refería, cuando su foto "corre por todo Internet", donde cualquiera puede encontrar rápidamente entrevistas suyas como activista LGTBI e incluso artículos sobre el tema firmados por ella misma. "Vivencias y sufrimiento las hemos tenido todas. Pero la vivencia y el sufrimiento no te cambian el código genético", puntualizó la escritora.
Ventura no quiso entrar a debatir al respecto y, en vista de la campaña de acoso de la que ella misma fue víctima debido a sus opiniones, el 24 de julio de 2020, Etxebarria decidió zanjar el asunto con un comunicado en el que aseguraba lo siguiente: "Cuando yo veo a esta persona veo a un hombre. Un hombre con barba, con vello corporal y con todos los caracteres sexuales masculinos que la biología otorga a un varón humano. Para mí es importante decirlo, puesto que en breve nos enfrentamos a que aparezca una ley análoga a la Bill c-16 canadiense, una ley por la que se consideraría delito de odio que yo lo dijera".
En los años posteriores, sin embargo, la escritora volvió a aludir a su caso al calor de la tramitación de la Ley Trans impulsada por Irene Montero. La primera de ellas, en junio de 2021, cuando colgó un mensaje en su cuenta de Twitter, en el que bajó el rótulo "Chicas de hoy en día" adjuntaba la fotografía de Marcos Ventura y de otros tres activistas que pertenecían a distintas asociaciones LGTBI. "Con la nueva Ley Trans, decir que son hombres es delito", advertía.

Las mismas fotografías volvieron a aparecer en sus redes sociales en mayo de 2022. "Macarena Olona, Lidia Falcón, Paula Fraga y Lucía Etxebarria están de acuerdo en que estas cuatro personas, nacidas con pene y testículos, son HOMBRES. También estamos de acuerdo en que no se nos debe multar por decir que lo son. Y en casi nada más. Si también ves cuatro hombres, ¡haz Rt!", instaba a sus seguidores.
¿Delito u opinión?
Para la defensa de Marcos Ventura, todos estos mensajes habrían contribuido a vulnerar su derecho al honor, a la intimidad, a la propia imagen, a la dignidad y a la igualdad de trato y no discriminación —amparándose, entre otras, en las numerosas leyes trans en vigor en nuestro país—, ya que insiste en el derecho de su representado a ser tratado como "persona trans no binaria que emplea los pronombres y el género gramatical femeninos" y a que su imagen no se difunda sin su consentimiento.
Aunque Lucía Etxebarria no ha querido entrar al fondo del asunto hasta que no se resuelva judicialmente, fuentes de su entorno desmontan ambas denuncias. La primera de ellas, porque "biológicamente es un hombre" y porque, de hecho, la propia Marcos Ventura reconoce en la demanda que ha sido diagnosticada de disforia de género. "Si dice que sufre disforia de género, ya está reconociendo que su sexo es masculino", insisten.
Además, tal y como ha podido comprobar LD, son muchas las entrevistas y páginas web en las que otras personas se refieren a ella en masculino sin que Ventura las haya demandado. Incluso en la propia página web del Ayuntamiento de la Guancha -donde ocupó la Secretaría General- y en el Boletín Oficial de Canarias se refieren a ella como "secretario" y hasta su propio Facebook menciona que ha trabajado como "procurador de los tribunales" o como "becario" en la Universidad de las Palmas de Gran Canaria. "¿Qué interés tiene entonces en demandarla a ella precisamente?", se preguntan.
Por último, recuerdan que las fotografías utilizadas por la escritora son fotografías públicas, recabadas de los perfiles públicos de sus redes sociales o de los organismos en los que ha ostentado cargos públicos: Además de su puesto como secretaria general del Ayuntamiento de La Guancha, Marcos Ventura ostenta actualmente un cargo de gran relevancia en el Instituto de la Vivienda del Gobierno de Canarias y también ha sido secretaria para Iberoamérica en la Comisión Ejecutiva Federal de Juventudes Socialistas de España, donde, por cierto, también se refieren a ella como "secretario".
Campaña de acoso contra Etxebarria
En opinión de la defensa, no obstante, tales puestos no justifican la "avalancha de insultos, vejaciones, acoso y ataques discriminatorios" que Marcos Ventura habría recibido tras la publicación de los mensajes de Lucía Etxebarria. "Cientos de respuestas y comentarios que han lesionado la dignidad y la propia estima de mi representada", reza la demanda, en la que, además, se llega incluso a desglosar pormenorizadamente el número de seguidores que la escritora tiene en todas las redes sociales: 277.400, frente a los 3.694 de la demandante, lo que, a juicio de su representante, demuestra que ésta "no es una persona famosa, relevante y que por su activismo sea conocida ampliamente por la sociedad y el público general español".
Sea como fuere, desde el entorno de Etxebarria recuerdan que ella también ha sufrido una auténtica campaña de acoso que, en su caso, incluso ha trascendido más allá de las redes sociales. La escritora lleva años soportando insultos e intentos de agresión en plena calle, además de pintadas en su propia casa y en el barrio en el que vive, en las que la tachan de terfa (término empleado para referirse a las que los colectivos LGTBI consideran "feministas radicales transexcluyentes").