
La hoja de ruta del PSOE se va cumpliendo. Pedro Sánchez salió este martes del pabellón del Consejo de Ministros, cogió un coche oficial y se dirigió a Zarzuela. Tras departir durante una hora y veinte minutos con Felipe VI, las sensaciones en Moncloa eran de euforia contenida. Ya sabían que el presidente del Gobierno en funciones sería designado. No hubo que esperar mucho más. A las 14:10 pasadas, la presidenta del Congreso, Francina Armengol comunicó la decisión del Rey.
El plan del PSOE contemplaba el martes como primera "meta volante" de la investidura. Los próximos días serán los de la negociación en persona. Sánchez se pondrá al frente en diversos encuentros que, desde este miércoles, tendrán lugar en el Congreso. "Hay que trabajar en las próximas semanas de manera intensa", reconocen fuentes próximas a los negociadores donde no ocultan que hay cosas "difíciles" todavía por cerrar.
Se tratará de cerrar los últimos flecos pendientes. Durante varias semanas, los contactos han sido telefónicos. El secretario de organización del PSOE, Santos Cerdán, se ha encargado de mantener los vínculos con el PNV y Bildu mientras que los dos ministros, María Jesús Montero y Félix Bolaños, se centraban más en los partidos políticos catalanes. Ellos iban "reportando" al presidente que ahora cerrará en persona los temas más espinosos con los portavoces parlamentarios de estos partidos.
Sin fecha de investidura
A diferencia de hace unas semanas, ya no hay un calendario cerrado. La idea primigenia era presentarse a una investidura los días 17 y 18, antes de la jura de la Constitución de la Princesa de Asturias en el Congreso de los Diputados. Ahora, no descarta posponerlo sabiendo que tienen como fecha límite el 27 de noviembre. La decisión de Junts y ERC de vincular su voto favorable a un referéndum ha sido un contratiempo. "Posiciones de máximos", deslizan en el equipo negociador.
Tampoco ha gustado la decisión de Yolanda Díaz de asegurar que todavía "están lejos de un acuerdo". "Se ha hecho un poquito Pablo Iglesias", ironizan en la cúpula del PSOE recordando la enemistad que ahora tiene la líder de Sumar con el que fuera el fundador de Podemos y cuyas exigencias traían de cabeza a la cúpula de Ferraz. Los socialistas prefieren "ver el vaso medio lleno" en lo referente a la negociación con Díaz y no creen que sea un obstáculo. "Teatro", añaden otros en el partido tras ver la rueda de prensa de la vicepresidenta segunda en funciones.
El PSOE quiere recuperar Igualdad
La única dificultad que se atisba en el horizonte entre Sumar y PSOE es una de las cuestiones a las que Díaz no hizo referencia durante su rueda de prensa. Ni la Ley de Sanidad, ni las subidas salariales o la política de vivienda.
El mayor problema va a ser el reparto de una cartera. En el sector socialista del Gobierno no ocultan que les gustaría "recuperar Igualdad". Un ministerio que, durante los últimos cuatro años, ha estado en manos de Irene Montero y que le ha dado varios quebraderos de cabeza a Sánchez como ha sido la ley del "sólo sí es sí".
La lucha por el Ministerio de Igualdad podría ser la madre de todas las batallas entre Díaz y Sánchez. Ninguno quiere ceder. El PSOE quiere recuperar el ministerio feminista y Díaz, presionada por Podemos, sabe que el éxito o fracaso de su negociación se medirá en función de si consigue retener una de las carteras más ideológicas del Gobierno.