
Nueva declaración antisemita del Ayuntamiento de Barcelona, que vuelve a romper relaciones con el Gobierno de Israel. Una de las primeras medidas del nuevo equipo consistorial, liderado por el socialista Jaume Collboni, fue dejar sin efecto los decretos emitidos por Ada Colau en los que se acusaba al Gobierno de Israel de "apartheid" y "genocidio" contra la población palestina y se rompía el hermanamiento que la Ciudad Condal mantenía con Tel Aviv desde 1998.
Sin embargo, la respuesta de Israel a los atroces ataques terroristas de Hamas del pasado 7 de octubre ha provocado un giro de guión en el Ayuntamiento. Ada Colau, que encabeza al grupo de Barcelona en Comú tras perder las elecciones, ha aprovechado el duro ataque de Sánchez a Israel en su visita a aquel país para presentar un documento en el que se vuelve a cargar contra el Gobierno israelí. En esta ocasión (a diferencia de cuando era alcaldesa y tuvo que recurrir a los decretazos porque ni sus socios de gobierno, el PSC, apoyaban sus tesis), la propuesta se ha saldado con el voto a favor de socialistas, ERC y los propios ediles comandados por la exalcaldesa. Junts, el partido de Trias, que fue apartado de la alcaldía con el concurso de Barcelona en Comú y el PP, los populares y Vox han votado en contra.
"Interrupción" por "suspensión"
La resolución consiste en la interrupción (el PSC ha cambiado el término suspensión por el de interrupción) de las relaciones institucionales con el Gobierno de Netanyahu. La "declaración institucional" arranca así: "El Ayuntamiento de Barcelona rechaza y condena los ataques contra la población civil, tanto israelí como palestina así como cualquier acción constitutiva de un castigo colectivo como el desplazamiento forzoso de la población, la destrucción sistemática de viviendas e infraestructuras civiles o el bloqueo del suministro de energía, agua, alimentos, suministros médicos y medicinas a la población de la franja de Gaza". También pide un alto el fuego definitivo, "el cese de la violencia contra la población civil palestina de Cisjordania y la liberación incondicional y segura de los rehenes presos por Hamas".
"Hasta que no haya un alto el fuego definitivo y se garantice el respeto a los derechos básicos del pueblo palestino y el cumplimiento de las resoluciones de las Naciones Unidas respecto del conflicto entre Israel y Palestina se interrumpen las relaciones con el actual Gobierno de Israel", continúa el texto.
El Ayuntamiento ha aprobado también en la misma declaración adherirse "a los esfuerzos para convocar una cumbre de paz" y "ofrece el bagaje y la experiencia de Barcelona como ciudad promotora de la paz, favorecedora del diálogo entre pueblos y dispuesta a trabajar con los instrumentos de la diplomacia de las ciudades para contribuir activamente a la paz en la región mediterránea".
Toda la culpa, de Israel
Pero la proposición no acaba ahí. Prosigue en términos antisemitas exigiendo que se persigan los "crímenes de guerra y de lesa humanidad" que el plenario barcelonés atribuye a Israel. Y "recuerda" que "la ocupación y colonización de los territorios palestinos, así como la negación de los derechos más básicos a la población palestina son los principales obstáculos para alcanzar una paz justa y duradera, que el cumplimiento del derecho internacional, del derecho internacional humanitario y de las resoluciones de las Naciones Unidas deben presidir la consecución de una solución política definitiva del conflicto".
Además, el Ayuntamiento de la capital catalana "implantará una cláusula de obligación contractual de carácter esencial en todos los contratos públicos municipales para garantizar que ningún operador pertenece o realiza operaciones financieras, inversiones, compras, contrataciones, así como otras actividades económicas que vayan en contra del derecho internacional de los derechos humanos y el derecho internacional humanitario". Es decir, que no se contará con empresas que tengan o hayan tenido vínculos económicos con Israel. La resolución será comunicada tanto al Gobierno de España como a la embajada de Israel en Madrid.
A pesar de que el alcalde Collboni recuperó las relaciones con Israel, ninguna institución catalana condenó el señalamiento de un hotel de propiedad israelí en Barcelona ocurrido pocos días después del ataque terrorista de Hamas. El actual alcalde había anunciado, para compensar el acercamiento a Israel, un viaje a Palestina, pero finalmente no se llevará a cabo por "razones de seguridad".
Respuesta israelí
La embajada de Israel ha respondido con celeridad al alcalde y al Ayuntamiento de Barcelona. Según la embajada, la proposición "blanquea la barbarie de Hamas". También se ha señalado que "tenemos muy presente que el Ayuntamiento de Barcelona no ha condenado los brutales asesinatos ni los secuestros de niños, madres, ancianos y civiles inocentes".
La Comunidad Israelita de Barcelona (CIB) ha reaccionado en términos parecidos. Según esta entidad, la resolución barcelonesa "va contra los judíos y contra Israel y no ayuda a resolver nada. Se constata además que "de las 421 palabras del texto (municipal) , 401 son contra los judíos e Israel" y que "los crímenes horrorosos de Hamás, las decapitaciones, las violaciones, las mutilaciones, los asesinatos de mujeres, niños, personas mayores, de jóvenes que bailaban en un festival de música; los más de 200 rehenes, se despachan en 20 palabras".