
El Gobierno tiene el monopolio de criticar a sus socios. Si lo hace algún otro partido, como cuando el PP recuerda que Bildu no condena el terrorismo, desde el Ejecutivo se les reprende y se les acusa de no pasar página.
En cambio, el PSOE y la Moncloa se están enfrascando en las últimas horas en un choque sin cuartel contra el partido de Otegi, justo cuando las encuestas señalan que Bildu podría ganar las elecciones vascas del domingo y para ello los socialistas no dudan en sacar a colación las relaciones de los herederos de Batasuna con ETA. En Ferraz incluso contemplan con temor un posible pacto entre los nacionalistas y los proetarras para conformar un Ejecutivo de coalición que deje al PSE fuera de juego.
La excusa para cargar en esta ocasión contra Bildu han sido unas declaraciones de su candidato, Pello Otxandiano, en la Cadena SER en la que se negaba a calificar a ETA como terrorista. Unas afirmaciones en la línea de lo que Bildu siempre ha afirmado, utilizando eufemismos y perífrasis para no condenar los centenares de muertos de la banda terrorista y enmarcarlo siempre en un contexto de "violencia" generalizada.
Las palabras, sin embargo, escandalizaban a la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, que las calificaba como "cobardes", "negacionistas" y un "desprecio a las victimas y a la sociedad vasca". "Todos los españoles sabemos que ETA fue una banda terrorista", añadía indignada en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.
No ha cambiado nada
Una contundencia que, sin embargo, "no cambia nada" en la relación de los socialistas con Bildu. Además de los acuerdos en el Congreso, donde son un socio prioritario, el PSN le dio la alcaldía a Joseba Asirón, de Bildu, tras una moción de censura para desbancar a la alcaldesa de UPN, Cristina Ibarrola. Los de Otegi también sostienen, mediante pactos parlamentarios, el Ejecutivo de la socialista María Chivite en Navarra.
Alegría reiteraba que que "no comparten en absoluto" las palabras de Otxandiano, pero las desvinculaba de cualquier hipotética ruptura con un socio clave del Ejecutivo. Es decir: relaciones con Bildu en Madrid, apoyo mutuo en Navarra pero distanciamiento en País Vasco, donde Sánchez quiere seguir manteniendo al PNV, ya que su apoyo también resulta crucial en el Congreso.
Tras mostrar el posicionamiento del Gobierno, Alegría respaldaba "la contundencia" de Eneko Andueza que se ofrece como "dique de contención frente a Bildu". "No reconocer que ETA fue una banda terrorista, es absolutamente cobarde, sino que es un desprecio enorme hacia todas las víctimas y negar lo evidente", terciaba Alegría una vez más.