
La renovación del CGPJ se producirá sin que, por primera vez, haya ningún tipo de cuota nacionalista entre sus integrantes. En las últimas ocasiones, PNV y CiU habían logrado pactar con los dos grandes partidos, PP y PSOE, para proponer un vocal cada uno en el Consejo, junto con la cuota de IU. Esta vez, sin embargo, vascos y catalanes se quedan fuera del reparto.
"El PNV es el socio del PSOE, debería ser Sánchez el que le cediera algún puesto", zanjan desde el PP al ser preguntados por la ausencia de los nacionalistas vascos, a los que intentaron cortejar al principio de la legislatura para que Alberto Núñez Feijóo fuera investido presidente. Un acercamiento que no descartaron nunca del todo, a pesar de la negativa de los vascos a apoyar nada que tuviera que ver con Vox.
Sin embargo, según pasaron los meses, y especialmente después de las elecciones vascas que han aliado a PNV y PSE para gobernar, el PP ya no mira con los mismos ojos a los de Imanol Pradales, especialmente después de la marcha de su predecesor como Lehendakari, Íñigo Urkullu, con el que Feijóo tenía sintonía personal.
Si el PP pensó en algún momento que la relación con el PNV podía cambiar para plantear algún tipo de moción de censura, parece descartado después del desprecio que supone para los nacionalistas vascos quedarse fuera del reparto del CGPJ, cuando han sido siempre mimados por PP y PSOE.
El malestar del PNV
"Sorprende que para esto hayan tardado tanto tiempo", dijo el portavoz Aitor Esteban con tono despectivo, después de conocer el acuerdo, que no votarán porque "con nosotros no ha hablado nadie". Palabras que denotaban su malestar por haber sido excluidos. "Es evidente que entre el PSOE y el PP tienen toda la mayoría suficiente para hacer los cambios que les dé la gana", remataba.
Paradójicamente, el mismo PNV que permitió sacar adelante la moción de censura para echar del Gobierno a Mariano Rajoy, aglutinando entonces más poder que nunca, hoy ve muy mermada su influencia. Aunque Pedro Sánchez sigue necesitando sus votos para gobernar, Bildu les ha sustituido en gran medida, hasta el punto de amenazar su hegemonía en el País Vasco, como recuerdan también desde el PP.
"Ni siquiera son socio preferente, apenas son quintos entre los aliados del Gobierno, por detrás de Sumar, ERC, Junts o Bildu", señalan fuentes del partido de Feijóo, que recuerdan Sánchez habría tenido antes que contentar al resto de grupos que a los nacionalistas, en caso de haber querido querido tener un gesto con sus socios incluyéndoles en el reparto.
Sólo Sumar parece haber logrado cierta de cuota de poder nombrando a dos de los 10 vocales que le corresponden al PSOE. El PP no ha cedido ninguno de los 10 que le tocaba elegir, según el reparto acordado. Sin favores que deber a los nacionalistas, dado su voto negativo a la investidura, parece que el partido abre nueva etapa y se muestra más escéptico que antes a un posible acercamiento al PNV o Junts.