Durante los últimos días, un rumor recorrió los despachos y las redacciones de Madrid: Pedro Sánchez podría buscar un golpe de efecto y acompañar a su mujer, Begoña Gómez , al juzgado. El gran dispositivo policial que se estaba preparando alentaba esta teoría. Nadie sabía qué es lo que haría el jefe del Ejecutivo, ni siquiera sus colaboradores más cercanos.
Algunos, ante la persistencia del run run, le hicieron llegar que estaban en "desacuerdo" con la posibilidad de ver al presidente del Gobierno entrando en los juzgados para acompañar a su mujer. Varios altos cargos se lo sugirieron y lo cierto es que nunca se llegó a preparar el dispositivo de seguridad del presidente para acompañarle a Plaza de Castilla. ¿Marcha atrás o sólo un rumor infundado? En Moncloa y en los ministerios ya asumen que con Sánchez "nunca se sabe" qué es lo que piensa.
En lo que hay unanimidad es en calificar como "muy lamentable" o que "no es agradable" de ver a la mujer del presidente sentada en un banquillo, imputada por delitos de corrupción En los últimos días, en el PSOE habían mostrado el malestar por la "indefensión" de Begoña Gómez.
El abogado de Gómez, Antonio Camacho, presentó varios escritos ante el juez Peinado alegando que no sabían de qué se les acusaba y que eso dificultaba prepararse la defensa. La respuesta llegó vía auto asegurando que se investigaban "todos" sus "actos" desde que su marido es presidente.
Este viernes, tras llegar a los juzgados de Plaza Castilla, se les notificó la ampliación de una querella de Manos Limpias. La defensa alegó "indefensión" y pidió tiempo para estudiar los nuevos hechos, presuntamente, delictivos. El magistrado acordó aplazar la declaración al día 19 de julio. Un balón de oxígeno que en Moncloa y en Ferraz celebran. "Sólo puedes traer preparado de lo que te han afirmado", aseguran fuentes próximas a la dirección del partido.
En el partido y en Moncloa se remitían a las palabras del abogado Camacho tras su salida de los juzgados de Plaza Castilla. Una discreción que se saltaba a la torera el menos indicado para valorar las actuaciones judiciales: el ministro de Justicia. Desde Cáceres, Félix Bolaños, aseguraba que había quedado patente la "gravísima indefensión" que está sufriendo Begoña Gómez pues "ni sabe de qué se le acusa, algo normal porque no hay nada de que acusar".
Unas declaraciones que siguen la estela de Sánchez, que afirma que todo son bulos y fango. Incluso este lunes en la Cadena SER, ante la repregunta de si veía algo que no fuese ético aunque no estuviese penado, el presidente del Gobierno respondía con un lacónico "nada". Ahora, el matrimonio Sánchez-Gómez tiene dos semanas más para prepararse la declaración.