Pedro Sánchez está en el punto de mira de la justicia, y no es para menos. Al caso Koldo, que se ha llevado a Ábalos por delante, pues ha sido expulsado del Partido Socialista, se le suman los escándalos relacionados con su familia. Begoña Gómez ya está imputada y el juez Peinado está investigando todas sus posibles irregularidades. Por otro lado, su hermano, David Sánchez (Azagra) está siendo investigado debido al enchufe que lo colocó en un puesto de dirección en la Diputación de Badajoz.
Sánchez tiene el cometido personal de salvar a sus familiares de las investigaciones de la Justicia. Si bien es cierto, el presidente tiene varias bazas que jugar a su favor, y no porque tenga razón y sean víctimas de una persecución judicial, sino porque Sánchez tiene parasitadas varias instituciones judiciales. En primer lugar, la Fiscalía; como ya decía el propio Sánchez: "¿De quién depende, eh?" y en segundo lugar con el Tribunal Constitucional de Cándido Conde-Pumpido con el que intentará alegar indefensión, algo que ya ha servido para librar a varios condenados por el caso ERE.