La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, hacía su última aparición pública en este curso político el pasado 29 de julio cuando evidenció un acuerdo con el presidente del Consejo de Seguridad Nuclear, Juan Carlos Lentijo en materia de vigilancia de los riesgos laborales en actividades con exposición al radón.
Ese mismo día la líder de Sumar pidió reconocer al dictador Nicolás Maduro como ganador de las elecciones en Venezuela. También mencionó la palabra "transparencia" en el caso de que hubiese alguna duda en el proceso electoral. Desde entonces, Díaz no se ha vuelto a pronunciar sobre la gravísima situación que se vive en Venezuela y que incluso ha impulsado en España que miles de ciudadanos salgan a la calle en protesta por el fraude electoral.
Yolanda Díaz se ha mantenido en silencio. No se ha hablado ni de la violenta represión del régimen chavista sobre la población venezolana, ni del número de muertos y secuestrados que día a día van aumentando, ni de la censura que quiere someter a la ciudadanía venezolana el mandatario Maduro queriendo aislar a la población desaprobando el uso de la red social X y el servicio de mensajería instantánea Whatsapp.
Preacuerdo del PSC con ERC
El pasado 30 de julio, el PSC cerró con ERC un preacuerdo para apoyar, como evidenció este jueves, la investidura de Salvador Illa. En este documento los socialistas ponían en manos de los independentistas el 100% de los impuestos, sacando a Cataluña de la financiación de régimen común. Un asunto que ocasionó una nueva fractura dentro de la coalición de Yolanda Díaz. Izquierda Unida, Compromis y Chunta Aragonesista, partidos que confluyen en Sumar, se desmarcaron de esta reforma. De hecho los partidos nacionalistas, a modo de chantaje, pusieron encima de la mesa su voto favorable para que se mejorara la financiación autonómica de la Comunidad Valenciana y Aragón.
Esta división obligaba a Díaz a ponerse de perfil ante una reforma que parece no contar con los apoyos suficientes de la Cámara Baja. En una entrevista para Radio Nacional el pasado día 2 de agosto, la vicepresidenta segunda intentó contentar tanto al PSOE como a sus socios avalando la soberanía fiscal de Cataluña, pero exigiendo "solidaridad" entre territorios. Una posición entre dos aguas que ha venido sucedida por la manifiesta oposición del responsable económico de Sumar, Carlos Martín, al cupo catalán.
La llegada y casi inmediata desaparición del fugado Puigdemont para ofrecer a sus simpatizantes un mitin político tampoco ha sido motivo suficiente para que Díaz atienda a los medios de comunicación. Después del bochorno y de la fallida operación policial que ha permitido al expresidente catalán volver a su residencia en Bélgica evitando responder ante la justicia tras siete años fugado, Díaz tan solo ha utilizado su perfil en X para felicitar al socialista, Salvador Illa, por lograr su ansiada investidura.
Una consecución de acontecimientos políticos que no han evitado que la vicepresidenta disfrute de sus vacaciones en pleno mes de agosto.