Se acabó el inaugurar el curso político rodeado del Ibex 35 o de "supuestos" ciudadanos que luego resultaron ser militantes del PSOE. Pedro Sánchez se bunkeriza con sus más leales, catorce ministros y los líderes de UGT y CCOO, en un discurso sin preguntas en el hall del Instituto Cervantes en el que ha confrontado con la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
Sánchez cargó contras las políticas de la capital de España. Criticó su inversión en sanidad o educación y se erigió como alternativa a las políticas del PP. Incluso trazó sus prioridades para el nuevo curso, obviando que no cuenta con respaldos parlamentarios suficientes como se evidencia en las últimas votaciones, en la que todas sus iniciativas han sido tumbadas por Junts.
El presidente prometió "trabajar" por unos Presupuestos Generales del Estado y anunció que el próximo martes, el Gobierno aprobará un nuevo techo de gasto en el Consejo de Ministros y que más tarde será remitido al Congreso. Será el segundo que presenta este año ya que Junts tumbó en julio el primero.
Más impuestos para pagar el cupo
En pleno ruido interno por el concierto catalán firmado entre ERC y PSC para investir a Salvador Illa, Sánchez se ha comprometido a elaborar un "nuevo sistema de financiación" en el que las Comunidades "recibirán más recursos de los que recibieron mientras gobernaba el PP". Es decir: entre 2011 y 2018.
Incluso ha desvelado que la "intención" es duplicar "los recursos" del Fondo de Compensación Interterritorial. Queda por ver cómo lo hace ya que lo firmado con ERC incluye que la solidaridad esté limitada por la "ordinalidad".
Esta reforma del sistema de financiación irá aparejado a una nueva "fiscalidad" que exigirá "corresponsabilidad" a los Ejecutivos autonómicos. El presidente del Gobierno cargó contra los "regalos fiscales" de las autonomías del PP y dejó entrever que limitará las rebajas de impuestos y habrá nuevas tasas progresivas a "los ricos". "Más autobuses y menos lamborghinis", ha dicho en otro momento.
Sánchez ha presumido que ahora en Cataluña hay un Gobierno que "trabaja por la unión de los pueblos de España". Del resto de comunidades, pasó de puntillas aunque sí desveló que en las próximas semanas convocará "bilateralmente" a todos los presidentes autonómicos a la Moncloa.
Alejando las elecciones
Pese a la inestabilidad parlamentaria que asedia al Gobierno, Sánchez ha querido el fantasma de un adelanto electoral. Incluso ha asegurado que "hay Gobierno para largo" y que "por primera vez en muchos años, España no afronta elecciones en el corto plazo". "Se abre un nuevo tiempo de avances que sacaremos adelante con quienes estén dispuestos a arrimar el hombro", ha aseverado, sin mencionar a una mayoría de investidura que demuestra ser frágil.
En materia social, Sánchez ha vuelvo a prometer que la vivienda "será el quinto pilar del Estado del Bienestar" pero no ha concretado nada nuevo. También ha garantizado que seguirán negociando con la Patronal para "reducir la jornada laboral hasta los 37,5". "Trabajar para vivir y no vivir para trabajar", ha sentenciado.
Tras la polémica de la última semana, al proponer en Senegal la expulsión de los inmigrantes ilegales, Sánchez ha defendido ahora una política "migratoria humanista" frente "a las deportaciones masivas de algunos". También ha mostrado su voluntad de "aumentar la presencia de España en África" y de celebrar una cumbre bilateral entre España y Palestina.