Los transeuntes de la calle Ferraz saben identificar un Comité Federal. Los días en el que el máximo órgano entre Congreso del PSOE se reúne, la acera derecha está intransitable. Una nube de cámaras y fotógrafos emerge como barrera mientras una caravana de federaciones socialistas hacen cola a lo largo de la calle, esperando pacientemente su turno de su secretario general ante el micrófono de entrada.
Este sábado era uno de esos días. La pasarela Ferraz vivió a lo largo de la mañana un trasiego propio de los días importantes. Antes del Comité, el más esperado era el presidente de Castilla la Mancha, Emiliano García Page, quien ya advirtió ante los periodistas lo que iba a decir dentro. El único barón con mayoría absoluta entró al filo de las 11 en la sede socialista y escuchó el discurso de Sánchez.
El presidente del Gobierno, y a la sazón secretario general del PSOE, eludió mencionar el cupo firmado entre PSC y ERC para investir a Salvador Illa. Tampoco defendió la literalidad de lo allí escrito. Sólo mencionó de pasada, tras media hora de discurso, la reforma de la financiación autonómica y auguró que "si se diseña bien, esta nueva etapa autonómica podría ser más justa". Sánchez sabe de su debilidad parlamentaria y, en un mensaje dirigido según sus cercanos a Junts, auguró que seguirá gobernando "con o sin apoyo del poder legislativo".
Una afirmación que choca con su intento de sacar adelante una nueva LOFCA (Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas). Para aprobarla, necesita una mayoría absoluta que, cada día, se antoja más complicada en el Congreso. De ahí que su intento de abrir "una nueva etapa autonómica" suena a quimera para algunas de las federaciones socialistas.
"La viabilidad es muy difícil", asumen en una de las federaciones más críticas con el concierto catalán. "Vemos muy complicado que se acabe planteando en el Congreso", aseguran otras. Tras el discurso de Sánchez, 24 personas levantaron la mano. Se trata de una cifra inferior a otros Comités Federales cuando lo normal son 30. El primero fue el flamante presidente catalán, Salvador Illa, quien prometió que, pese a lo firmado, "la solidaridad no se ha puesto en duda, ni se pondrá por parte del PSC". "Cataluña no se va, sino que vuelve", añadió para rematar.
Sólo Page y Lambán critican el cupo
Tras varias semanas de tensión, con varios líderes autonómicos del PSOE criticando el acuerdo, la mayoría enmudeció cuando llegó el momento de criticarlo dentro. Sólo los líderes de Castilla la Mancha, Emiliano García Page, y el de Aragón, Javier Lambán, lo hicieron.
El único barón con mayoría absoluta pidió una copia del acuerdo y reconoció su "preocupación". "Una cosa es la singularidad y otra cosa es un régimen específico", terció en otro momento mientras recordaba que la "riqueza es nacional" y que "no hay 17". Page destacó lo que une a todo el PSOE y es su oposición a un Gobierno de PP y Vox pero afirmó que "eso no puede un cheque en blanco para jugar con los principios del PSOE".
En una línea similar, se expresó el secretario general del PSOE de Aragón, Javier Lambán, quien, pese a estar de salida, afirmó que el concierto es "inconstitucional" y "una quiebra a la solidaridad". Como solución, pidió retomar la Declaración de Granada, firmada en los tiempos de Alfredo Pérez Rubalcaba como secretario general, en la que se abre la puerta a federalizar España, aunque el aragonés pidió pactar cualquier tipo de modificación constitucional con el partido de Feijóo.
Huesca contra Lambán
Tras su discurso, el líder de los socialistas en Huesca, Fernando Sabés, replicó al todavía líder del PSOE aragonés. "No se puede constantemente utilizar determinados medios de comunicación, determinadas redes sociales para atacar al proyecto socialista que tiene esta Ejecutiva", recriminó una de las agrupaciones partidarias de la ministra Pilar Alegría.
El líder oscense pidió "desarrollar el modelo de financiación autonómica" y debatirlo en "los órganos del partido" y "no fuera". Incluso lamentó que, como parlamentario regional, se tenga que posicionar la próxima semana en una Proposición No de Ley registrada por el PSOE de Aragón contra el acuerdo de PSC con ERC. "¿A dónde vamos? Si esa Proposición le pusiésemos el logotipo del PP se podría intercambiar", añadió tras acusar a Lambán de llegarles "a un callejón sin salida"
Su intervención contó con el respaldo del sanchismo que le dedicó una de las ovaciones más grandes de la mañana. Más tibios fueron los respaldos sonoros a Page y a Lambán, aunque sí tuvieron felicitaciones por "Whatsapp".
El PSOE enmudece
El otro presidente autonómico que criticó el concierto, Adrián Barbón, se ausentó del Comité Federal debido a que era la previa del día de Asturias. Le sustituyó su vicepresidenta, Gimena Llamedo, "saludando que se abra el debate de la financiación" pero mencionando que "defenderán la postura de Asturias". Otras federaciones críticas contra el acuerdo, como Extremadura, bajaron el nivel de sus reproches y se limitaron a un leve pellizco y a una mención a favor "de la igualdad".
El líder de los socialistas madrileños, Juan Lobato, que ha sido muy activo en Twitter contra el cupo, se ahorró sus críticas pero se postuló para dirigir la ponencia sobre financiación de cara al Congreso del PSOE. Incluso vendió su perfil por haber militado durante tres años en el PSC.
Los críticos lo reprochan
Entre las federaciones críticas no sorprendió que, al final, dejasen solos a Page y Lambán aunque llamó la atención la intervención del líder de los socialistas andaluces, Juan Espadas, por su nula capacidad de crítica y su respaldo total a Sánchez pese a ser una de las comunidades más afectadas si se aplica el cupo.
"Enmudecer en cuestiones relevantes es pasar a la irrelevancia", advierten algunos críticos quienes recuerdan como, en un pasado no muy lejano, "la gente se excitaba" en sus intervenciones ante el Comité Federal. También sentenciaron, tras escuchar a Sánchez, que "el Gobierno tiene muchos problemas para explicar" el acuerdo con ERC. Ahí es donde enmarcaron "las sandeces de esta semana", en referencia a la comparación del cupo con las ayudas a la contratación en Soria, Cuenca y Teruel.
Queda por ver ahora si el debate sobre la financiación sube de intensidad en el próximo Congreso del PSOE aunque, de momento, el aperitivo les ha dejado bastante fríos. Incluso Sánchez en su última intervención pidió a los críticos "lealtad". Una breve mención a las escasas críticas.
El Comité Federal también aprobó que la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, sea la encargada de coordinar la ponencia junto a la secretaria de Estudios y Programas, Idoia Mendía, y el presidente la Fundación Avanza, Manu Escudero.