
El presidente, Pedro Sánchez, ha vuelto a escabullirse en la sesión de control al Gobierno de dar explicaciones sobre su "Plan de Regeneración", anunciado ayer a bombo y platillo, sin dar apenas detalles. El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, le ha interpelado dos veces a cuenta de este asunto, sin éxito alguno, ya que el jefe del Ejecutivo ha sacado incluso pecho del "diálogo y el acuerdo" que, según dice, caracteriza a este Gobierno.
"Censura y persecución a quien ose criticarle, no se veía una cosa así desde Franco", le reprochaba el líder de la oposición, intentando arrancar algún tipo de aclaración al presidente sobre las medidas anunciadas ayer después del Consejo de Ministros. "Este es el Gobierno del acuerdo y el diálogo y que rinde cuentas en la casa del diálogo y el acuerdo que es este Parlamento", presumía Sánchez, que incluso calificaba a la oposición de "avinagrada".
Pese a la ristra de derrotas parlamentarias que acumula el Ejecutivo, la última de ellas ayer, de nuevo a manos de Junts, por la Ley del Alquiler, Sánchez se congratulaba de haber sacado adelante esta legislatura 12 proyectos de ley y tener en tramitación más de 30, obviando que ya acumula 35 derrotas parlamentarias, como le recordaba su socio de ERC, Gabriel Rufián, desde la tribuna del Congreso y en los pasillos de la Cámara, donde llegaba a augurar que "se está conformando un bloque de derechas de PP, Vox y Junts que harán presidente a Feijóo".
La postura de los de Carles Puigdemont escocía especialmente porque Junts había anunciado previamente una abstención que después se tornaba en voto en contra, jugando así con los socialistas, que por boca de su portavoz parlamentario, Patxi López, se mostraban incómodos ante la pregunta de "si Junts es el que manda en el Congreso". "Aquí mandan los diputados y diputadas", respondía airado López, que reprochaba a Junts sus "incongruencias".