A pesar de que de Teresa Ribera dependen tanto la AEMET como la Confederación Hidrográfica del Júcar, la ministra ha eludido dar explicaciones y realizar cualquier autocrítica, limitándose a señalar a Carlos Mazón el pasado viernes. La realidad, sin embargo, es que, tal y como ha quedado de manifiesto en los últimos días, son muchas las cosas que podía y debía haber hecho para evitar una tragedia que la pilló en Bruselas haciendo campaña para su nuevo cargo: desde numerosas obras proyectadas por los expertos y guardadas en un cajón, hasta llamadas que no llegaron o, si lo hicieron, llegaron tarde. Todo ello le ha valido, no en vano, una querella por prevaricación y omisión del deber de socorro.
A primera hora del 29 de octubre, la AEMET decretó la alerta roja en numerosas zonas de Valencia. Sin embargo, pronosticó que esta solo duraría hasta las 18 horas. No fue hasta las 17:49 cuando prorrogó la alerta. Además, en su previsión más alta, contemplaba lluvias de hasta 180 litros por metro cuadrado, nada que ver con los 500 litros en 8 horas que se llegaron a registrar en algunos lugares. Curiosamente, un meteorólogo francés llamado Nahel Belgherze sí llegó a advertir ya antes de las 9 de la mañana de ese mismo día que se podrían superar los 400 litros.
Carlos Cuesta y Sandra Léon desvelan el resto de los movimientos de la ministra Ribera en un nuevo capítulo de Socialismo S.L.