Si hay una federación socialista maldita esa es la madrileña. Inmersos en la sucesión eterna de líderes efímeros, familias enfrentadas y cuchilladas públicas. Una agrupación acostumbrada a escenas variopintas desde cambios de cerraduras de sedes, para desalojar al líder, a tránsfugas que se saltan una sesión de investidura para no votar a un presidente de su partido. El PSOE-M vuelve desde este jueves a su estado natural: una gestora.
Ferraz impondrá, con toda probabilidad, a Isaura Leal como presidenta interina hasta que, a comienzos de enero, las bases voten a su próximo secretario general. En la dirección del partido se respiraba este miércoles cierto alivio tras conocer la dimisión de Lobato. Fuentes próximas a la dirección admitían que conocieron su decisión mediante la carta y que llevaban desde el domingo sin hablar con el hasta ayer secretario general de los socialistas madrileños.
En Ferraz ya habían interiorizado que Lobato no dimitiría antes del Congreso y que encabezaría la delegación en el Congreso del PSOE en Sevilla. Lo que esperaban es que el nuevo líder se dirimiese en unas primarias. De ahí, la satisfacción al conocer su dimisión. A lo largo de este miércoles sólo un socialista con cargo orgánico, el secretario general del PSOE de Castilla y León, Luis Tudanca, salía en defensa de Lobato. "Gente como él es necesaria", afirmaba en X.
Sin rastro de Óscar López en los whatsapps
En el PSOE ya se preparan para promocionar al ministro de Transición Digital, Óscar López, como próximo secretario general del PSOE-M. Él será con toda probabilidad el candidato de Sánchez en las primarias. En Moncloa y en Ferraz no preocupa su implicación en la filtración de los documentos de la pareja de Isabel Díaz Ayuso ya que, según el mensaje depositado ante notario por Lobato, fue enviado por parte de su mano derecha, Pilar Sánchez Acera.
En el Gobierno han hablado con la que fuera jefa de Gabinete de Óscar López cuando éste era, a su vez, jefe de Gabinete de Sánchez. La tranquilidad impera en el Ejecutivo ya que han podido constatar que, en ninguno de los Whatsapp, se implica a Óscar López. Lo que sí creen en el seno del partido es que la que fuera su número dos, Sánchez Acera, puede acabar imputada por posible revelación de secretos.
De hecho, la estrategia que están preparando es que Sánchez Acera habría enviado esta información a Lobato de forma individual y lo enmarcan dentro de su puesto en la Ejecutiva del PSOE-M, donde llevaba hasta ahora la Secretaría autonómica de Política Institucional.
En el partido no descartan que el hasta este miércoles líder de los socialistas madrileños acabe también imputado ante el Supremo, ya que mantiene el aforamiento como senador, por su participación en el delito de revelación de secretos. Todo dependerá de la declaración de Lobato como testigo este viernes ante el juez que investiga la filtración de datos de la pareja de Ayuso.
De momento, Sánchez Acera ha activado en Whatsapp la autodestrucción de mensajes para evitar más problemas. Un consejo que están siguiendo otros altos cargos del Ejecutivo para evitar que sus mensajes en el programa de mensajería instantánea dejen huella.