Nueva diligencia y nuevos problema para Begoña Gómez. El titular del Juzgado de Instrucción nº 41 de Madrid, Juan Carlos Peinado, ha solicitado identificar a todos los trabajadores y asesores de Moncloa. Una diligencia que se enmarca en la investigación de la utilización por parte de Begoña Gómez de Cristina Álvarez, la directora de Programas de la Secretaría General de Presidencia del Gobierno reconvertida en asesora de la mujer del presidente, para recaudar dinero para su Cátedra de Transformación Social Competitiva (TSC) de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
Por otro lado, se han solicitado ya mensajes y correos intercambiados con Cristina Álvarez desde la Complutense. Y uno de los problemas —otro más— que va a surgir para la defensa de la mujer del presidente es que se pueden certificar las innumerables gestiones que realizaba Cristina Álvarez para la mujer del presidente en la Universidad Complutense. El trato fue tan habitual con Cristina Álvarez que el personal de la Complutense llegó a estar convencido de que era la secretaria de Begoña Gómez. Y de esa manera la mencionaban.
Tercera citación ante Peinado
La mujer de Pedro Sánchez tiene que acudir a su tercera citación ante Peinado el próximo miércoles 18 de diciembre para declarar sobre los dos últimos delitos que se le imputan, apropiación indebida e intrusismo profesional. Dichos delitos se unen a los iniciales de tráfico de influencias y corrupción en los negocios. Por su parte, la propia asesora Cristina Álvarez comparecerá como testigo ante Peinado el viernes 20 de este mes.
Pero el juez Peinado quiere que se produzcan esas citaciones con más información. Y una de las vías de obtención de datos ha sido la solicitud de más mails y mensajes en la Universidad Complutense. El objetivo: comprobar el volumen de comunicación con Cristina Álvarez o con Begoña Gómez, el tipo y contenido de la comunicación y el trato con quien era un cargo de Presidencia del Gobierno y no debía haberse comportado como una asesora o secretaria personal de Begoña Gómez.
Hay que recordar que la mujer del presidente colocó en ese cargo pública a quien era su compañera de trabaja en el Grupo Inmark, la empresa en la que trabajaba antes de que su marido llegara a la Presidencia del Gobierno. Y que, desde allí, ha estado negociando, entre otras cosas, hasta los patrocinios de la cátedra creada para Begoña Gómez.
Conviene reparar en que las implicaciones de Cristina Álvarez son numerosas y delicadas. La labor anti-Ayuso del delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín, está fuera de cualquier discusión. Y dos personas de su confianza tienen un rasgo característico adicional: que han tenido una implicación directa en los negocios de Begoña Gómez.
Francisco Martín es ahora delegado del Gobierno en Madrid y tiene como subdelegada a Pilar Trinidad —que ayudó desde su anterior cargo en la Universidad Rey Juan Carlos a la mujer del presidente—.
Y Francisco Martín fue también el jefe directo de Cristina Álvarez, la persona que envió mails gestionando cobros de la cátedra de Begoña Gómez y, como guinda, se habla de que el delegado puede estar llamado a la jefatura de todo el PSOE en la Comunidad de Madrid.