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Feijóo ejerce de parapeto ante Mazón para evitar que el PP pierda la Comunidad Valenciana

El presidente asume en primera persona la reconstrucción de Valencia, en pleno deterioro de la imagen del barón regional.

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, con el presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, durante un acto con empresarios en Valencia. | EFE

Alberto Núñez Feijóo seguirá visitando Valencia de forma periódica, como ha venido haciendo hasta ahora, con un doble objetivo: que no se olvide a las víctimas de la DANA y comprobar en primera persona cómo se desarrolla la reconstrucción de la zona. Este último cometido tiene otra derivada: el marcaje a Carlos Mazón, al que el Partido Popular respalda públicamente, aunque la mayoría de dirigentes le da por amortizado políticamente.

En ambas tareas se ha implicado de lleno el líder del PP, enviando de paso un claro mensaje en clave interna: la Comunidad Valenciana es clave, y es un asunto de primer nivel orden político para todo el partido. De ahí su empeño por, cada vez que acude a la ciudad, insistir en que lo ocurrido es una emergencia nacional que requeriría de la colaboración del Gobierno central pero, dado que no se produce, debe ser la oposición la que asuma ese rol, como hizo ayer anunciando 12.000 millones de euros de inversión.

Una reconstrucción para la próxima década

Una forma de echarse a las espaldas la responsabilidad de la gestión con el riesgo de asumir también su coste, aunque el empeño de Mazón por pilotar la reconstrucción, y seguir al frente de la presidencia en la Comunidad Valenciana, no han dejado otra alternativa a Feijóo, que aprovechará este tiempo para examinar la labor del presidente regional y, en el medio plazo, decidir sobre su difícil futuro, según confirman fuentes del partido.

El presidente del PP se sigue aferrando a la promesa de su barón regional de no ser candidato en caso de no lograr la reconstrucción de Valencia. Algo difícil de lograr en apenas dos años, especialmente cuando propio Feijóo ha anunciado un Plan que contempla su desarrollo en el plazo de una década. Será difícil, por tanto, que Mazón gane el favor del partido en ese corto espacio de tiempo.

Y es que su imagen está muy deteriorada, y así lo recogen las encuestas, que dan un importante retroceso al PP valenciano, en beneficio de Vox, que logra subir en intención de voto. Una caída que ya acusan los de Feijóo también a nivel nacional, aunque desde la dirección defienden que no hay trasvase de votos entre bloques y la derecha seguiría gobernando en la Comunidad Valenciana.

El futuro del PP valenciano a medio plazo

Sin embargo, las esperanzas del PP siguen puestas en la alcaldesa de la ciudad, María José Catalá, a la que beneficiaría no asumir en primera persona el desgaste de esta etapa tan complicada, cuya gestión dirige Mazón, parapetado por Feijóo, que ha tomado las riendas de la situación y mantiene una interlocución permanente con el presidente autonómico, aunque sin interferir de manera directa en la toma de decisiones.

Su empeño por colocarse en la primera línea da cuenta, en parte, de la desconfianza que genera Mazón en la cúpula del partido, hasta el punto de que el presidente del PP sólo elogia de él su trabajo, que haya hecho autocrítica y que haya ligado su futuro político a la reconstrucción, pero sin mojarse sobre su candidatura ni elogiar su perfil o su gestión.

El PP seguirá defendiéndole públicamente para no aparecer ante la opinión pública como el único responsable de lo ocurrido, mientras el Gobierno "se va de rositas", lamentan dirigentes del partido, que recuerdan que la exministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha sido incluso ascendida a comisaria europea. Pero transcurrido un tiempo, se ajustarán cuentas.

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