
El Partido Popular se prepara para una posible convocatoria de elecciones generales en cualquier momento. Aunque Alberto Núñez Feijóo ha confeccionado su labor de oposición en base a la idea de que Pedro Sánchez agotará la legislatura, quiere tener todos los escenarios controlados, dado lo imprevisible que es el presidente del Gobierno. Por eso, la formación ha encargado una macroencuesta, elaborada desde el pasado mes de junio hasta enero de este año, en base a 10.000 entrevistas, que arroja un hundimiento del PSOE.
Según los datos a los que ha tenido acceso Libertad Digital, los socialistas pierden hasta 5 puntos con respecto al 23J, lo que supone quedarse en el 26% de apoyos, muy por debajo del PP, que sube desde el 33% cosechado, aunque estas fuentes no precisan hasta cuánto. La brecha entre ambos, por tanto, se amplía de forma considerable y permitiría a la derecha "gobernar con holgura", dado que Vox también sube ligeramente tras quedarse en el 12% de votos hace año y medio. "Ambos rozan el 50% de respaldo electoral", cuando el 23-J llegaron al 45%.
Este estudio recoge también una importante caída de la confianza en este Gobierno, ya que más del 70% apuesta por un cambio; de ellos, un 25% votaron al PSOE el 23J, lo que significa que ahora apostarían por otras formaciones. Este agujero se aprecia especialmente entre los jóvenes menores de 25 años, que piden un cambio de Gobierno en hasta un 80%, lo que explicaría en parte la preocupación de Pedro Sánchez por intentar atraer a este sector de la población con medidas sociales, como el bono transporte o la vivienda. Entre los votantes de Sumar piden un cambio uno de cada dos.
Sánchez, muy lejos de repetir
La caída de Podemos y Sumar, unida al desplome del PSOE, aleja a Sánchez de cualquier opción de gobernar, por lo que en el PP asumen que, al menos de momento, la opción de un adelanto electoral no parece cercana. En base a estos datos explicarían, en parte, el intento de revitalizar a Yolanda Díaz aceptando su propuesta de subir el SMI, aunque en el PP dicen haber encontrado una brecha por la que colarse entre el electorado socialista que rechaza su tributación por el IRPF.
Un agujero que también detectan en el lado de Vox por abrazarse a Donald Trump, pese a su amenaza de imponer aranceles y su alineamiento con Rusia, en contra de los intereses de Ucrania y la UE. En el PP explican que, tras varios días volcados en afianzar el voto rural, tanto con propuestas como con reuniones con el sector, han detectado un malestar creciente entre votantes de Vox que no aceptan ahora su posicionamiento con respecto a EEUU.
La llegada de Trump a la Casa Blanca, asunto que el PP esquivó en un principio porque favorecía un choque entre PSOE y Vox en el que podía sentirse atrapado, cobra ahora relevancia para esta formación que señala las contradicciones de sus competidores a ambos lados del espectro, dado que Pedro Sánchez apenas puede adquirir compromisos con Zelenski por la negativa de sus socios a aumentar el gasto en defensa.