Vox niega crisis interna pero lanza una campaña de exaltación y culto al líder

En medio de las tensiones internas y desacuerdos en el partido, Vox ha intentado acallar las críticas, desmintiendo cualquier crisis en sus filas. No obstante, su respuesta ha consistido en lanzar una campaña en redes sociales con el objetivo de reforzar la imagen de su líder, Santiago Abascal

Esta semana un centenar de cargos y excargos críticos de Vox se han reunido para pedir una refundación que preserve la democracia interna. Sus reivindicaciones han sido remitidas a Santiago Abascal con la voluntad de reunirse con él para debatir los temas que preocupan a los miembros del partido, que, con críticas constructivas, buscan redirigir una formación que consideran ha abandonado sus principios fundacionales.

Estas reclamaciones, sumadas al giro en la política internacional de Vox tras sus alianzas con la Administración Trump y la legitimación de sus conversaciones de paz con Rusia, excluyendo a Ucrania, han provocado la desafección de varios afiliados, entre ellos excargos como Agustín Rosety, ex portavoz del Grupo Parlamentario en la Comisión de Defensa. Rosety que ha dejado su carnet como afiliado, también ha decidido retirarse de las redes sociales, donde recibía constantes insultos de cuentas afines a Vox por expresar sus discrepancias con el cambio de rumbo del partido.

Desde Vox, sin embargo, niegan cualquier crisis interna y afirman que no participarán en "chismorreos", un día después de que el diputado Javier Ortega Smith admitiera haberse "sentido traicionado" y criticara la postura del partido respecto a las políticas de Trump. A pesar del desprecio que intentan mostrar públicamente hacia las divergencias, varios cargos del partido han salido en defensa de la imagen de su líder y su capacidad de diálogo.

Presentan a Santiago Abascal como la figura indiscutible que, según ellos, sigue encabezando al tiempo que ningunean las críticas de aquellos que quieren mejorar el proyecto desde dentro.