
El acuerdo entre PP y Vox para aprobar los Presupuestos de la Comunidad Valenciana de 2025 se firma en el peor momento político para Carlos Mazón, en medio de la creciente tensión con la dirección nacional de su partido y el auto judicial que imputa a su exconsejera. Una situación muy difícil en la que Santiago Abascal ha optado por salir al rescate del presidente valenciano, erosionando a Alberto Núñez Feijóo al dar oxígeno a su barón regional.
El presidente del PP lleva tiempo haciendo todo tipo de equilibrismos al hablar sobre Mazón, cuya responsabilidad equiparó con la del Gobierno central tras conocer el cambio de versión sobre su llegada al Cecopi. El pasado viernes dio otro paso más y pidió "esperar al alcance del auto". "La línea de investigación va a seguir y, mientras no haya novedades al respecto, no puedo improvisar respuestas", dijo.
"Mientras sea presidente del PP quiero saber qué pasó, quiero saber quiénes fueron los responsables, y quiero que se investigue hasta el final", añadió en rueda de prensa al ser preguntado por este asunto. Una forma de ligar su decisión sobre Mazón a una posible imputación, en caso de que se produzca. Apenas tres días después de estas palabras, el presidente valenciano anunciaba su pacto con Vox. En la dirección del PP aseguran que el pacto con Vox "no cambia nada" sobre el futuro de Mazón.
Génova conocía los contactos y avala el acuerdo
Aunque el PP valenciano y Vox venían negociando con más intensidad desde el mes de enero, según confirman fuentes de ambos partidos, y Génova conocía los contactos, la extrema debilidad de Mazón ha permitido a Abascal sacar mayor provecho del gobierno valenciano, al que ha obligado a aceptar condiciones que hace apenas un año motivaron su salida de los gobiernos regionales, como el rechazo a un reparto de menas o al Pacto Verde firmado por PP y PSOE en Bruselas.
La dirección nacional del PP defiende, sin embargo, que conocían el contenido del discurso de Mazón, que incluso recibieron otras versiones que desecharon por ser "inasumibles", y que no ha habido cambio de postura ya que las CCAA donde gobiernan llevan tiempo negándose a un reparto de inmigrantes por falta de medios, algo de lo que responsabilizan al Gobierno central. Tampoco ven un giro en las políticas climáticas, ya que Feijóo lleva meses defendiendo una "desregularización" de la UE para permitir a ganaderos y agricultores competir en igualdad de condiciones con otros países.
"Compartimos al 100% la postura del presidente valenciano en este contexto", trasladan fuentes del PP sobre estos dos puntos del acuerdo presupuestario, a la espera de conocer el detalle de su contenido, que se firmará el próximo jueves en Consejo de gobierno. A partir de ahí se iniciará su trámite parlamentario hasta ser aprobados en junio. "Los planteamientos que han permitido avanzar en la configuración de los Presupuestos son consecuentes con nuestra forma de pensar y con las posiciones que venimos defendiendo", destacan en Génova.
Mazón, ¿ejemplo a seguir?
En el PP incluso se abren a la posibilidad de que puedan alcanzarse acuerdos con Vox en otras CCAA, epecialmente en Aragón o Murcia, en base a estas mismas premisas, aunque ambos partidos confirman que no hay ahora conversaciones formales, sólo contactos discreros, lo que apuntala la idea de que el caso de Mazón es, de momento, excepcional. La formación de Abascal admite que el presidente valenciano "estaba en una situación muy delicada" y se abrió a una negociación que, dicen, "fue dura" y se intensificó en el mes de enero.
Vox pone el énfasis en la declaración institucional que tuvo que hacer, muy celebrada por el propio Abascal, que escribió rápidamente en X que "sus palabras van en la dirección correcta: enfrentarse sin complejos al Pacto Verde y a las políticas que favorecen la inmigración ilegal". "Felicito al señor Mazón por el valor de denunciarlo públicamente", añadió, evidenciando que lo dicho era exigencia sine qua non para un acuerdo.
El pacto da oxígeno a Mazón cuando más débil estaba, no sólo ante Feijóo, sino ante los propios valencianos, ya que ha tenido que hacer frente a varias manifestaciones que pedían su dimisión, además de a los partidos de izquierdas que amenazaron con presentar una moción de censura, lo que fue frenado por Vox. Los de Abascal se convierten, así, en su principal apoyo, precisamente cuando las encuestas recogen que el desgaste sufrido por el PP beneficiaría a Vox en la Comunidad valenciana y pondría en aprietos a Feijóo a nivel nacional.