
Pedro Sánchez anunció este miércoles en el Congreso que antes de verano presentará un Plan Nacional para el Desarrollo e Impulso de la Tecnología y la Industria de la Seguridad y Defensa españolas. Con esta patada hacia delante, el presidente del Gobierno evitó concretar cifras y plazos al asegurar que este proyecto concentrará "el grueso de la inversión adicional exigida para cumplir con nuestros socios europeos". Sin embargo, sus plazos pueden verse alterados.
En el calendario, dos fechas clave: abril y junio. La primera, el plazo límite para que los países de Europa se acojan a la ‘cláusula de escape’ que permite saltarse las reglas fiscales para invertir en defensa. Su petición, según fuentes europeas, lleva aparejado lo que, para el actual Gobierno, es un escollo, dada su situación de debilidad interna: la obligación de presentar un plan o borrador presupuestario que incluya datos de cómo y cuándo se va a invertir el dinero. Además, le establece un plazo más breve y estipula que tiene que ser en abril.
De ahí que países que ya han anunciado que se acogerán a la suspensión de las reglas fiscales, como Alemania, ya hayan anunciado un plan apoyado por CDU, SPD y Verdes de 500.000 millones de euros para infraestructuras y defensa. Varios de estos planes ya han sido remitidos a Bruselas y son a los que se viene refiriendo Alberto Núñez Feijóo y que el presidente, en caso de tenerlo, estaría ocultando.
En el Ejecutivo de Sánchez no ocultan que ven con buenos ojos acogerse a la cláusula de escape y admiten que sería a mediados de abril cuando finaliza el plazo para que los países decidan. En el Gobierno están a la espera de que Bruselas les remita más información para ver cómo se articulan esta posibilidad. Lo que sí reconocen es que una suspensión de las reglas fiscales tendría que traducirse en una ley orgánica, es decir necesitaría mayoría absoluta y no sólo simple, y no iría aparejada a los Presupuestos.
La falta de sintonía en política nacional entre PP y PSOE dificulta cualquier acercamiento para aprobar un aumento del gasto en defensa entre ambos. Los populares rechaza facilitar ninguna ayuda "en estas condiciones", cuando ni siquiera conoce los planes de Sánchez.
La cuestión es si los socios del Gobierno aceptarían endeudarse para invertir más en defensa. "Vamos a ver cómo se articula por parte de Europa porque nadie quiere votar", admiten fuentes del Ejecutivo. En el caso de Alemania, esta norma se votó ya a mediados de marzo en el Bundestag y ahora queda su aprobación definitiva por parte de la Cámara Alta alemana, el Bundesrat.
¿Y si exigen más del 3%?
La segunda fecha clave es en junio. Del 24 al 24 de este mes será cuando la OTAN fije sus propios criterios para seguir formando parte del club, en el que tiene mucho que decir el presidente de EEUU, Donald Trump. Su exigencia es que, para permanecer en él, los demás países deben alcanzar el 5% de inversión en defensa, como ya hace Polonia. Es una inversión más alejada aún del 2 % que maneja el Gobierno de Pedro Sánchez, lo que le deja aún más al descubierto, especialmente de cara a sus socios europeos.
En el PP lo saben y por eso trataron de hacer sangre durante su rifirrafe en el Congreso. Feijóo admitió que "conoce más" de la situación entre Rusia y Ucrania por los gobiernos extranjeros que por el español, reprochándole la falta de información al respecto. La asistencia del presidente del PP a los conocidos como Summit le permite, al menos, estar al tanto de ciertos movimientos en Europa, dado que el Gobierno se niega a facilitarle ningún dato, como quedó patente en su reunión en Moncloa con Sánchez. De ella dijo que fue apenas "un café".
En la actualidad, los populares gobiernan en la mayoría de los países de la UE. Lo que le permite a Feijóo conocer estos movimientos. Mientras que los socialdemócratas, tras la pérdida de Alemania, se conforman con Dinamarca y España. Un aislamiento que el Ejecutivo de Sánchez empieza a admitir. "Siempre tenemos la sensación que nuestros planteamientos no tienen abrumadora mayoría", lamentan en privado.
Los de Feijóo creen que la pretensión de utilizar partidas presupuestarias no ejecutadas y computar el gasto extra en defensa que ya se viene realizando, además de incluir toda la inversión en seguridad o ciberataques que pueda hacerse, será insuficiente para cumplir con Europa. Y es que está previsto que en esta cumbre de la OTAN se establezcan unas reglas comunes para determinar qué es computable como gasto en defensa y qué no.
En Defensa admiten que lucharán porque se incluyan nuevas partidas para que se computen y se establezcan unos nuevos criterios en función del nivel de renta o población. En ese sentido, pedirán que a España se le compare con otros países con una población y un PIB similar como Italia, Francia o Polonia y no con otras naciones más pequeñas, como Letonia, cuya defensa aérea corre a cuenta de otros países como España. Lo que parece evidente es que tanto la Comisión como la OTAN dejarán maniatado al Gobierno para poder utilizar triquiñuelas.