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El Gobierno, atrapado en su dialéctica pirómana, matiza sus ataques a la universidad privada pero avala a Montero

El Gobierno trata de redirigir la polémica de las universidades contra Ayuso y da por zanjada la polémica de Montero porque "han matizado"

El Gobierno trata de redirigir la polémica de las universidades contra Ayuso y da por zanjada la polémica de Montero porque "han matizado"
Pilar Alegría durante la rueda de prensa de este Consejo de Ministros. | EFE

Pedro Sánchez, siguiendo el manual trumpista, parece tener una técnica y es que un incendio tapa otro incendio. El problema es que, a veces, el fuego se descontrola, la institucionalidad se calcina y el pirómano tiene que replegarse. En sólo tres días el Ejecutivo ha abierto frentes contra la judicatura y contra la universidad privada. Las medidas para restringir centros educativos privados han sido eclipsadas por las palabras del presidente tildándolas, sin excepción, de "chiringuitos" y "máquinas de expender títulos".

En el Ejecutivo lamentan ahora que lo que consideraban unas buenas medidas, con respaldo social, se hayan ocultado tras la polarización y la polémica partidista. De ahí la matización que la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, hacía en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros en las que llegada a admitir que "hay universidades privadas magníficas". Lo hacía flanqueada por dos ministros que habían ido a centros de pago, Fernando Grande Marlaska y José Manuel Albares.

"Esto no va de universidades públicas y privadas. Esta confrontación es mentira. Esto va de universidades buenas contra malas", ha terciado remitiéndose al concepto norteamericano de "universidades garaje" para aquellos centros que tienen "un número muy escaso de estudiantes", que "pertenecen a fondos de inversión" y que "lo único que tienen de universidad son los nombres". Incluso ha señalado que el Real Decreto que han aprobado "ha sido trabajado y debatido" con las CRUE (Conferencia de Rectores) y con universidades públicas y privadas.

Para evitar que se interpretase como un giro total y una rectificación, que en el Gobierno temen que se tome como síntoma de debilidad, Alegría ha tratado de redirigir el ataque contra los presidentes de Andalucía, Juanma Moreno, y de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. A los que acusan de recortar un 35% los fondos de las universidades públicas. Incluso les ha culpado de "generar controversia".

Esta vez, el Gobierno echa agua sobre el incendio pero trata de redirigir el ataque contra la presidenta madrileña, su gran bestia negra. La diatriba de Alegría ha continuado al acusarle de ser "la segunda comunidad donde los créditos de grado son más caros" y que hayan votado "en contra de reducir el precio de las matrículas universitarias".

Sobre Montero

El Ejecutivo también ha tratado de esquivar la polémica sobre las declaraciones de este pasado fin de semana de la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, en un mitin en Jaén. En ellas, tildaba de "vergüenza" que "la presunción de inocencia esté por delante del testimonio de una mujer". Unas palabras que han indignado al CGPJ y a las asociaciones, progresistas y conservadores, de jueces y fiscales.

El exmagistrado y ahora ministro, Fernando Grande Marlaska, ha elogiado a Montero porque "ha matizado sus declaraciones" y ha pedido "no prologar las discusiones en ese sentido". Aunque la vicepresidenta primera no ha rectificado y sólo ha querido remitirse a otras declaraciones en su cuenta de la red social X

Marlaska ha mostrado su "respeto absoluto a todas las resoluciones judiciales" aunque ha pedido al poder judicial que "explique muy bien las resoluciones" de "sus conclusiones" con "temas como las violencia hacia la mujer para que no se sientan desprotegidas".

Ni rastro de rectificación aunque si de ligera matización. El incendio creen que se puede controlar. De ahí que luego Alegría enmarcase en el "desconcierto que la mayoría sintió" las frases de la ministra de Hacienda. "Son dos sentencias radicalmente distinta en menos de un año", ha terciado con sorpresa como si fuese la primera vez que un tribunal de apelación emitiese un auto distinto al del juzgado de primer instancia.

Aunque luego, Alegría ha recordado que el caso no ha finalizado y que cabe un recursos que dirimiría ya el Supremo. "A las mujeres nos siguen matando. A las mujeres nos siguen violando", ha terciado a la par que ha pedido "que las mujeres sigan denunciando" si han sido víctimas.

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